Mostrando entradas con la etiqueta Pablo Pastrone. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pablo Pastrone. Mostrar todas las entradas

miércoles, 7 de noviembre de 2018

"Los mártires de La Rioja. Esperanza para la Argentina contemporánea" - P. Pablo Pastrone



En el día de hoy el padre Pablo Pastrone presentó un libro sobre Monseñor Angelelli y compañeros mártires, a continuación podrán leer la presentación del libro (de Monseñor Colombo, Arzobispo de Mendoza) y el prólogo escrito por el P. Pastrone


PRESENTACIÓN

Aquella mañana del 8 de junio de 2018 nuestra alegría no podía ser mayor. El papa Francisco nos comunicaba la buena noticia de la declaración del martirio de Mons. Enrique Angelelli, los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville y el laico Pedernera, y en esa breve y emotiva llamada telefónica del Santo Padre, sentíamos el abrazo de toda la Iglesia que testimoniaba de modo formal e indeleble la naturaleza y características de la entrega de estos cuatro hombres, testigos crucificados del Reino de Dios.  
En estos días hemos conocido la fecha precisa en que tendrá lugar la beatificación en La Rioja; será el 27 de abril, en providencial coincidencia con la celebración de la fiesta de Santo Toribio de Mogrovejo, extraordinario pastor latinoamericano, arzobispo de Lima y evangelizador de nuestro continente en el siglo XVI.
Durante mis años de obispo de La Rioja, tuve la gracia de conocer numerosos testimonios sobre la vida y la misión de nuestros cuatro mártires, testimonios que me hablaban de una entrega generosa en respuesta al llamado evangélico del Señor: el ministerio episcopal, la vida consagrada, el ministerio presbiteral misionero y el compromiso con la comunidad a través del amor familiar y del trabajo. Cada año desde mi llegada en 2013 acompañé las celebraciones que los evocaban en toda la valía de su ser en el día de su muerte. Disfruté, canté, me emocioné y lloré junto a mi pueblo chayero en cada una de esas fiestas densamente riojanas. La oración litúrgica se hacía así, en Chamical, Sañogasta y Punta de los Llanos, memoria agradecida y compromiso con el duro presente a transformar según el proyecto de Dios.
En vistas a la preparación espiritual que nos pide la beatificación de Enrique, Carlos, Gabriel y Wenceslao, el P. Pablo Pastrone nos ofrece un trabajo original y encomiable. Poniendo en diálogo el contexto histórico general en que vivieron los mártires riojanos con sus propias vidas y muertes, propone una sencilla contemplación de la obra de Dios en ellos y a la vez nos ayuda a rezar desde las Bienaventuranzas con frases de nuestros mártires dichas en distintos momentos y hermosos textos de Mons. Angelelli en donde desbordaba su mirada de pastor bueno comprometido con la vida de su pueblo.  Si poner un oído en el Evangelio y el otro en el pueblo era el camino necesario que nos indicaba Mons. Angelelli con su vida y su palabra, esta pequeña obra nos pide poner un oído en el corazón de los cuatro mártires para dejar que Dios nos hable en sus latidos fuertes, serenos, valientes, fieles... Al modo de la caja riojana vibran expresando vida, vida en abundancia, justicia y paz.
La cercana aurora del 27 de abril de 2019 viene llegando para hablarnos de la entrega de los mártires riojanos. Mientras, abrimos nuestros ojos para contemplar el misterio de Dios en sus vidas y para profundizar en su testimonio de una Iglesia en salida, samaritana y fraterna, casa de todos, especialmente de los más pobres y excluidos.

Mendoza, 25 de octubre de 2018           
+Padre Obispo Marcelo Daniel Colombo








PRÓLOGO

                               
“Déjenme que les cuente
lo que me quema por dentro;
el Amor que se hizo carne
con chayas y dolor de pueblo”
(Mons. Angelelli) 

El libro que tienes en tus manos es una invitación a descubrir la Palabra que el Señor quiere decirte a través de estos testigos (Cf. Gaudete et exultate, n. 22). No te encontrarás, entonces, con un libro de estudio o de historia sino propiamente de vida cristiana y de oración, de contemplación y de apostolado. El camino recorrido por los padres Carlos y Gabriel, el laico Wenceslao y el obispo Enrique nos habla de una situación concreta: la Iglesia Particular de La Rioja perseguida en la época de la dictadura, pero, a la vez, proféticamente, manifiesta a nuestra Argentina contemporánea y también al mundo que es posible encarnar el Evangelio con parresía. La figura de estos “apóstoles” del siglo XX, como oportunamente dijo el entonces cardenal Jorge Bergoglio, “no puede ser una simple memoria encapsulada sino un desafío que hoy nos interpela a que miremos el camino de ellos, hombres que solamente miraron el Evangelio, hombres que recibieron el Evangelio y con libertad”.[1]

Los mártires riojanos muestran y demuestran permanentemente un espíritu tanto de contemplación como de compromiso y acción: una vida traspasada por el Amor de Dios y del prójimo. Así, por ejemplo, con profunda sensibilidad espiritual, decía de sí mismo el Angelelli poeta: “Mi vida fue como el cardón sacudida por los vientos y agarrada a Ti Señor (…) es misterio que se hizo camino”. Expresa, al mismo tiempo, la espesura de sus sufrimientos que, sin quedarse ahogado en sus propias penas, se entrega a los demás, especialmente a los pobres: “Mi vida fue como el arroyo… anunciar el aleluya a los pobres y pulirse en el interior; canto rodado con el pueblo y silencios de encuentros contigo…solo…Señor (…) “Cuando la vida se esconde entre espinas siempre florece una flor”. Podemos decir que esta espiritualidad caracterizó a los cuatro testigos.

Por estas razones, nuestras páginas contienen sencillamente sólo algunas referencias biográficas de cada uno –“sin entretenernos en detalles” (Cf. G. E. 22)– aquellas que entendemos pueden despertar el hambre de un mayor conocimiento de su vida y obra y, sobre todo, fomentar en nosotros la renovación espiritual de nuestra propia vida. Ofrecemos, por ello, en la segunda parte del presente volumen, un recurso predominantemente práctico. Se trata de un itinerario de oración vinculando frases de Mons. Angelelli: poesías, mensajes y homilías con las Bienaventuranzas de Jesús. La guía que proponemos no es de ninguna manera excluyente de otras, sino una simple orientación. ¡Tómalo con total libertad! Bien se puede hacerlo en grupo o individualmente, servir de meditación o de lectura espiritual, de animación o de vía crucis… Puedes agregar o quitar letra y hasta, incluso, creativamente, ponerle música o silencios siempre y cuando todo te lleve al encuentro con el otro, a la periferia, al que necesita de Dios y de ti. Pues “cada valle es un misterio y cada marcha un despego, el arriero silba en el monte, la luz le sale al encuentro. ¡Aleluya! Cantan los cerros, ¡Aleluya! Canta el arriero. La Luz se hace silencio con música de cencerros” (Mons. Angelelli).
  
                                                     Pablo Pastrone
                                                                              Villa Elisa, 15 de octubre de 2018



[1] J. Bergoglio, Homilía en el 30 Aniversario del martirio de Mons. Angelelli, La Rioja, 4 de agosto de 2006. 





Podes seguir este blog a través de facebook: AÑO DE LA FE. (Grupo) Vivamos juntos la Fe (FanPage) y en Twitter: @VivamoslaFe

sábado, 24 de diciembre de 2016

"LA NAVIDAD DEL BICENTENARIO ARGENTINO (1816 – 2016)" - Pbro. Dr. Pablo Nazareno Pastrone

(Revista Criterio, 22 de diciembre de 2016)

Queridos amigos en vísperas de Navidad les comparto un artículo del Pbro. Dr. Pablo Pastrone publicado en la Revista Criterio el 22 de diciembre de 2016.
(http://www.revistacriterio.com.ar/bloginst_new/2016/12/22/la-navidad-del-bicentenario-argentino-1816-2016/)


"A LA NAVIDAD DEL BICENTENARIO ARGENTINO  (1816 – 2016)"



Según una firme y sostenida tradición, durante la cena de la Nochebuena de 1816, el General Don José de San Martín habría encomendado a un grupo de mujeres la confección de la Bandera del Ejército de los Andes, con el propósito de bendecirla la Noche de Reyes de 1817, ceremonia en la que se nombraría a Nuestra Señora del Carmen como Patrona de dicho Ejército en la Iglesia Matriz de Mendoza.

La Bandera pretendía ser, sin lugar a dudas, la proclama simbólica de la Independencia de la Nación y de su futuro, de la que se hacía eco el grito jubiloso de los libres del mundo, misión a la que las tropas patrióticas se habían entregado generosamente. En efecto, el conjunto de signos que conforman tal insignia lo manifiestan patentemente, a saber: el gorro frigio de la igualdad; las manos unidas de la fraternidad; la pica del trabajo; el sol de la libertad y de la unidad nacional; los laureles que cantan la gloria y las Montañas como imagen del terruño y de la esperanza de ver cumplido el sueño americano.

Este dato histórico evocado en las vísperas de la Navidad del 2016, me inspira una reflexión acerca de los doscientos años transcurridos como país emancipado, pero sobre todo, bien valga, un pensamiento referido al presente, al “aquí y ahora” de nuestras circunstancias:

La igualdad: “La democracia lleva el nombre más bello que existe: igualdad”, esta frase del célebre Heródoto (484 – 425 a. C.), el padre de la historiografía, nos ayuda a comprender el verdadero sentido de una forma de gobierno llamada a dar participación al “pueblo”, como su misma denominación etimológicamente lo indica (Demo-kratía: reino de la gente). En la actualidad, sobran las malas noticias de las “desigualdades” forzadas, las discriminaciones y atropellos. Al respecto, Francisco, el papa argentino, expresó muy lúcidamente en una oportunidad: “La Patria florece cuando vemos en el trono a la noble igualdad, como bien dice nuestro himno nacional. La injusticia en cambio lo ensombrece todo. ¡Qué triste es cuando uno ve que podría alcanzarse perfectamente para todos y resulta que no!”.  ¿No será que estamos frente a una suerte de bullying social establecido, del que el acoso escolar o barrial, que tanta indignación nos produce, es, ni más ni menos, que un botón de muestra o la punta del iceberg de una enfermedad global? Cabe admitir, que el “igualitarismo”, malsano como muchos “ismos”, tampoco producirá frutos de justicia. No es posible una homogeneidad monolítica, tosca y “pegoteada” en un mundo tan vasto y rico, que desde antiguo se lo llamó sabiamente Universo, Uno pero Diverso.

La fraternidad: “Quiero ser el hermano del hombre blanco, no su hermano político”. Este anhelo de Martin Luther King, el famoso líder de los derechos civiles de los afroamericanos en EEUU, asesinado por sus ideales, abre perspectivas, aún más allá de los horizontes de nuestra Patria. Soñar con un mundo hermanado puede llegar a sonar utópico, realidad que no nos debe impedir seguir soñando y despertar ofreciendo las manos a la obra. Considerar al otro como hermano supone no sólo reconocer la igualdad de condiciones sino también admitirlo como miembro de la misma familia, cuyo lazo supera armónicamente las diferencias individuales. 

La libertad y la unidad nacional: Rousseau, uno de aquellos cuyas ideas inspiraron la Revolución Francesa, expresó crudamente que: “La libertad no es un fruto que crezca en todos los climas, causa de que ésta no esté al alcance de todos los pueblos”. Pienso que no tenía razón. El mismo misterio de la libertad humana puede revertir tal situación. Debemos educarnos para ser libres pues no se nace para esclavo. “Seamos libres que lo demás no importa nada”, diría desde nuestro suelo el Libertador San Martín. Las modernas formas de esclavitud –no hace falta consignarlas– y, que asedian también a la Argentina, evidencian tristemente que todavía nos cuesta comprender del todo esta realidad.

El trabajo: Concebir el trabajo como medio para alcanzar el bien común de la sociedad nos salvará de los egoísmos tanto personales como colectivos, deseosos de transformar juntos nuestra Tierra. 

La gloria: “los laureles que supimos conseguir” hay que conservarlos “sin dormirnos en ellos”, como dice el dicho popular. Pero, ¿dónde ponemos nuestra gloria los argentinos? O, mejor, ¿cuál es nuestra gloria? ¿Cultura? ¿Solidaridad? ¿Dinero? ¿Entretenimientos? Dejamos estos interrogantes para la tranquila reflexión de los lectores.  

            Las montañas: El sueño de la Patria Grande que encendía el corazón de nuestros antiguos próceres tendría que llevarnos hoy a contemplar al que sufre, al desvalido, a las “otras patrias”, no volver nunca las espaldas a las necesidades de los demás. Imperativo que también nos tiene que conducir a tomar conciencia del cuidado de nuestra casa común, la naturaleza, como dijera Francisco en la encíclica Laudato Si.

            Finalmente, los colores azul-celeste y blanco nos remiten inmediatamente al campo de los altos ideales que, aunque caminemos siempre por debajo de ellos, la Patria no se logra construir sin un Norte adónde dirigirse, sin una brújula que nos indique el sendero.  

 Termino. La Bandera del Ejército de los Andes, reliquia del pasado, nos prestó metafóricamente su simbología para aplicarla a nuestra realidad concreta. ¿Podremos nosotros en esta Navidad del Bicentenario, enarbolar un nuevo estandarte, signo de un compromiso real que queremos asumir en favor del medro de nuestro pueblo? O, ¿sólo desplegaremos slogans residuales que ya no nos identifican y, peor aún, que resultan hoy impracticables? También nos iluminaron los dichos de personajes ilustres de distintos tiempos y espacios en orden a trascender las fronteras y perfilar una sinfónica síntesis en la diversidad multicultural: entre lo universal y lo particular, entre lo viejo y lo nuevo, entre lo nacional y lo internacional, entre lo grande y lo pequeño e infinitos binomios que se nos ocurran. Prodigiosa y bella amalgama que tanto entusiasmó a San Pablo –si hablamos desde una perspectiva cristiana– “Ya no se distinguen judío ni griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos ustedes son uno con Cristo Jesús” (Gál 4, 28). Equidad que no denota ningún tipo de confusión ni “mezcolanza”, más bien al contrario, la hermosa distinción que nos iguala es una sola: el hecho de ser todos hijos de Dios. En una época de crisis institucional y de caída de casi todos los relatos, una prudencial “vuelta a las fuentes” puede tirar algunas pistas para orientar la renovación profunda que necesitamos urgentemente. ¡Feliz Navidad 2016!

Pbro. Dr. Pablo Nazareno Pastrone



Podes seguir este blog a través de facebook: AÑO DE LA FE. (Grupo) Vivamos juntos la Fe (FanPage) y en Twitter: @VivamoslaFe

jueves, 3 de noviembre de 2016

Entrevista al P. Pablo Pastrone - (Escritor sobre Mons. Angelelli)

Queridos amigos, a continuación les comparto una entrevista realizada al Padre Pablo Pastrone, quien hace tres meses estuvo de visitas en la diócesis de La Rioja para celebrar la memoria y homenaje a Mons. Angelelli al cumplirse los 40 años de su asesinato. 
El P. Pastrone escribió sobre Mons. Enrique Angelelli, asesinado el 4 de Agosto de 1976, siendo obispo de la diócesis de La Rioja.
En la siguiente entrevista el mismo padre Pablo nos cuenta detalles de su vida y sus escritos.




Hola Padre Pablo, muchas gracias por brindar tu tiempo para esta entrevista.

¿Cómo nació tu vocación al sacerdocio? ¿Qué edad tenías?

Antes que nada, quiero agradecerles profundamente por invitarme a compartir con ustedes mi experiencia, que aunque modesta, a alguno podrá serle útil. Los primeros signos de vocación los percibí de niño. Frecuentaba una capilla de mi barrio, en José C. Paz, provincia de Buenos Aires, y, en la cotidianeidad de la vida, en esa comunidad, me di cuenta, en virtud de la insistencia, de que lo que sentía no era un simple juego infantil. Pasó el tiempo. Y, ahora en pleno ejercicio del ministerio pastoral, vuelvo una y otra vez a recrear en la memoria y el corazón aquellos primeros gestos del amor de Dios, que siempre nos “primerea” como le gusta decir a nuestro querido papa Francisco.

Actualmente ¿En qué parroquia estás sirviendo? ¿Alguna actividad que están realizando en la parroquia y quieras compartirla?

Desde el mes de abril de este año, el arzobispo de La Plata, Mons. Aguer, me encomendó la atención pastoral de la Parroquia Nuestra Señora de los Milagros de Villa Elisa. Ésta es una comunidad verdaderamente familiar en la que niños, jóvenes, adultos y ancianos parecerían tener el mismo “élan” vital. Con ellos nos hemos embarcado en la Misión de la Misericordia en adhesión al Año Jubilar, que consiste en llevar a Cristo centrífugamente, desde los más cercanos hacia los más lejanos, poniendo el acento en los más necesitados. Por otra parte, también trabajo apostólicamente con los adolescentes en varios colegios, entre ellos: María Teresa de Pereyra (una localidad cercana a la Parroquia), la Anunciación de Ringuelet, San José de Devoto, y, de vez en cuando, en la Inmaculada de La Plata. Estos son ámbitos sumamente propicios y fértiles para la siembra apostólica.

¿Qué le dirías a un joven que tienen inquietudes vocacionales?

En primer lugar, lo que haría es aplaudir estridentemente al muchacho o muchacha que se pregunta por su vocación, sea a la vida matrimonial, misionera, ministerial o consagrada. Interrogarse por el llamado de Dios es ya en sí mismo una bendición y un logro. En segundo lugar, si el candidato/a siente que está verdaderamente convocado/a a realizar una misión específica en la Iglesia, lo/a alentaría a seguir adelante, pues el camino del Señor es hermoso, independientemente de que sea “estrecho” como él mismo lo describió en los Evangelios. Dios regala el “ciento” por “uno”. 

Además de tu ministerio sacerdotal también te dedicas a escribir, ¿verdad?

Efectivamente. Me dedico a la investigación y a la docencia, especialmente de temas eclesiales, históricos y teológicos, y, algunas veces, me agarra algún berretín poético, o de otros géneros literarios: ensayos, cuentos, fábulas y demás yerbas.


Escribiste algunos libros sobre Monseñor Enrique Angelelli:
¿Cuáles son estos libros? ¿Cómo nació tu interés por este pastor?   ¿Qué hechos o palabras de su vida fueron significativos para vos?   ¿Qué características en particular destacarías de Mons. Angelelli?

viernes, 5 de agosto de 2016

Martirio de Mons. Angelelli - Conferencias




Los dias 1 y 2 de Agosto por la conmemoración de los 40 años del asesninato de Mons. Enrique Angelelli se compartieron las siguientes conferencias:

Lunes 1 de Agosto


  • "El Concilio Vaticano II, la Iglesia y su misión pastoral" (Contexto del obispo conciliar Mons. Angelelli) - P. José Marins. (Brasil) Escuchar audio
  • "La misión, el testimonio y el martirio" - P. Carlos Saracini. (Pasionista) Escuchar audio
  • "Un pastor junto a los trabajadores" - Esteban Carranza  (JOC - Córdoba) Escuchar audio


Martes 2 de Agosto

  • "Angelelli, padre y pastor de los consagrados" - Hna. Angelica de los Santos.
  • "Angelelli, el mártir del Concilio Vaticano II"  - P. Luis Liberti SVD y P. Pablo Pastrone



P. Pastrone y P. Liberti


Podes seguir este blog a través de facebook: AÑO DE LA FE. (Grupo) Vivamos juntos la Fe (Fanpage) y en Twitter: @VivamoslaFe