sábado, 8 de febrero de 2025

Meditamos el Evangelio de este Domingo con Fray Josué González Rivera OP


Lecturas del día: Libro de Isaías 6,1-2a.3-8. Salmo 138(137),1-2a.2bc-3.4-5.7c-8. Carta I de San Pablo a los Corintios 15,1-11.

Evangelio según San Lucas 5,1-11.

En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Navega mar adentro, y echen las redes". Simón le respondió: "Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes".

Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.

Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: "Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador". El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: "No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres".

Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.


Homilía por Fray Josué González Rivera OP

“ABANDONÁNDOLO TODO, LO SIGUIERON” 

En este domingo, escuchamos textos que nos hablan de la vocación, es decir, de la experiencia de varones que sintieron en su vida una llamada de parte de Dios para colaborar de modo especial en la labor profética o apostólica. Aunque estos textos pueden profundizarse en una reflexión dirigida a quienes hoy en día sienten una llamada especial para ejercer un ministerio dentro de la Iglesia, como clérigos o consagrados, recordemos que cada cristiano, antes de tener una vocación específica, es convocado a participar de la vocación universal de la Iglesia: la santidad. Por ello, no debemos sentirnos ajenos a este llamado de Dios, que nos invita a seguirle. Tú y yo somos llamados por el mismo Dios que llamó a aquellos hombres, para vivir junto a Él y compartir su Palabra con quienes lo desconocen o lo ignoran.

Isaías, Pablo y Pedro nos dan testimonio de su encuentro con Dios, una experiencia que marcó sus vidas y los llevó a vivir de manera distinta y renovada. En los tres textos de hoy encontramos un “esquema” que nos orienta a escuchar esta llamada y a reflexionar sobre cómo podemos asumirla también nosotros y renovar nuestro propio encuentro con el Señor.

En primer lugar, notemos que hay un encuentro con Dios: Isaías tiene la visión de la corte celestial, Pablo señala que se le apareció el Resucitado, y Pedro fue elegido para que Jesús subiera a su barca. Todas estas son experiencias personales de Dios. Vale la pena preguntarnos: ¿dónde o cómo nos hemos encontrado con Él? Ya sea en un retiro, en la oración, en la liturgia, en el apostolado o en una situación particular, recordemos que Él toma la iniciativa y, si estamos dispuestos, podremos experimentarlo. En estos encuentros, podemos percatarnos de lo grande y maravilloso de su amor, pero también sentirnos indignos. Eso le ocurrió a Isaías, quien se sintió impuro; a Pablo, quien se reconoció como un aborto, es decir, con una vida limitada; y a Pedro, quien se confesó pecador. Es comprensible que, al ponernos frente a la suprema bondad de Dios, nos avergüence y duela nuestra propia maldad. Sin embargo, como dije antes, la iniciativa es de Él, y está dispuesto a ayudarnos a salir de ese estado indigno y limitado.

Un segundo momento de la vocación es la manifestación de la Gracia de Dios, un regalo gratuito y amoroso que purifica y vitaliza. Tanto el profeta como los apóstoles son perdonados y sanados. Ahora me pregunto: ¿cómo recibo y cuido la Gracia de Dios en mi vida? Sabemos que los sacramentos son el lugar privilegiado para recibir esta Gracia; por ello, debemos cuidar nuestra participación cotidiana en ellos y abrir nuestra vida para que Él se haga presente con ese regalo maravilloso, que es su misma presencia. Además, al estar en la celebración del Año Santo, la Iglesia nos invita a participar de este jubileo con las gracias e indulgencias especiales que podemos recibir durante este tiempo. He aquí otra oportunidad para vivir estos dones que Dios nos concede. La Gracia de Dios no nos deja indiferentes, como tampoco dejó indiferentes a los tres varones que escuchamos en las lecturas de este domingo. Su presencia y su Espíritu en nosotros nos conceden sabiduría, fortaleza, piedad, es decir, todos los dones que necesitamos para vivir de manera más plena.

Finalmente, todo esto culmina en una invitación de parte de Dios a mantener una relación cercana y estrecha con Él. Como mencioné al inicio, no debemos pensar que esto es solo para seminaristas y monjas, sino para todo cristiano, sin importar sus condiciones particulares. Al vivir un encuentro con Dios y abrirnos a su Gracia, somos convocados a seguirle. El profeta se siente impulsado por esta experiencia y exclama: “¡Envíame a mí!”. Los apóstoles escuchan la voz de Jesús que les dice: “¡Sígueme!”. En el día a día, en cada vocación y estilo de vida particular—ya sea en la vida consagrada o el matrimonio, la juventud o la ancianidad—cada uno puede descubrir que Dios, especialmente por medio de Jesús, le llama a seguirle, a ir detrás de Él, a dejarlo todo y a confiar en lo que nos quiere regalar y conceder. Si respondemos que sí a esta llamada, compartamos esta experiencia de Dios siendo buenos, caritativos y fieles a su Palabra. Y recordemos que no lo hacemos solos, sino acompañados por Él mismo y por la Iglesia, constituida como comunidad de fieles discípulos-misioneros, seguidores del Señor que comparten la llamada a la santidad, es decir, la vocación a la bienaventuranza, con la cual echamos las redes al mar.

Todo esto es un acontecimiento vital, una experiencia trascendente. No se trata de una serie de pasos que podamos calendarizar y cumplir de forma precisa. Cada uno puede reflexionar en qué momentos de su vida ha experimentado algo así y también pedirle al Señor que le revitalice. Como su amor nunca se agota y Él hace nuevas todas las cosas, podemos renovar nuestro encuentro con Él o pedirle que nos lo conceda por primera vez. Lo importante es disponernos a vivir una experiencia de Dios en nuestras vidas, recibiendo su presencia transformadora que nos invita a seguirle día a día abandonando todo lo que nos limite. 

Bendiciones. 


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viernes, 24 de enero de 2025

"Estar frente al Señor" (en vacaciones) - Hna Fernanda Martinelli, OP



En este tiempo de descanso, Dios nos sigue llamando a compartir con él momentos de oración profunda. Compartimos a continuación una oración de la hermana Fernanda Martinelli como fruto de la meditación del versículo 31 del sexto capitulo del Evanelio de Marcos




"Vengan ustedes solos a un lugar apartado para descansar un poco" (Marcos 6, 31).


Gozarnos del lugar,

estar con vos ante tu presencia,

tu presencia real,

real y capaz de significarlo todo.

Basta, a veces, el silencio para reconocerte así.

Basta el corazón como “el sentido que ama” para verte.


El camino se transforma en estar,

permanecer,

gozarse,

detenerse ahí donde se te ve veladamente claro.

Y no caminar o correr por un momento.


Nos enseñas más de vos.

Al bullicio, las palabras y los milagros, Jesús,

has preferido el silencio orante junto al Padre:

es tu lugar especial  (y ahí nos llevas)

secreto del Reino que compartes,

que das como obsequio al que te busca.



Puede pasar que en este tiempo nos tomamos vacaciones también de la oración o nos cuesta un poco más tener momentos de intimidad con Jesús, por eso te invitamos a sumarte al encuentro online organizado por Catholic Link: "Refresh Espiritual", un evento gratuito que se realizará el próximo sabado 25 de enero con la finalidad de “redescubrir la paz interior” e iniciar de la mejor manera este 2025, que es además el año del Jubileo de la Esperanza.


En este evento, se ofrece una serie de herramientas concretas para “sanar, crecer en la fe y transformar tu vida”, será un espacio para aprender a conectarse con Dios y “preguntarle qué sueña para nosotros, cómo entregarle nuestros proyectos, cómo discernir el camino que Él nos propone y que nos hará plena y verdaderamente felices”.

Se brindaran 3 talleres:

Cerrando ciclos con Dios: Cómo reconciliarte con tu pasado

Un plan de vida espiritual y personal: Pasos prácticos para crecer en santidad este año

Redescubrir a Dios en un mundo lleno de ruido





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lunes, 13 de enero de 2025

Fiesta del Bautismo del Señor - Homilía de Mons. Angelelli.



Lecturas del día: Isaías 40,1-5.9-11. Salmo 104(103),1b-2.3-4.24-25.27-28.29-30. Carta de San Pablo a Tito 2,11-14.3,4-7.

Evangelio según San Lucas 3,15-16.21-22.

Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo: "Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego.

Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección".


Homilía de Mons. Angelelli, año 1974

Hoy la liturgia centra su atención en la escena del BAUTISMO DE JESÚS EN EL RÍO JORDÁN, no lo necesitaba para renacer al “hombre nuevo” según Dios. Él es el HOMBRE NUEVO porque es la VIDA -es DIOS- es la SABIDURIA del Padre de los cielos -es el Verbo Eterno de Dios. Pero es también Hombre Verdadero -como nosotros porque asumió nuestra naturaleza humana. Tomó TODO lo nuestro menos el pecado, pero asumió en su propia carne las consecuencias del pecado de los hombres. En la muchedumbre del Jordán es un hombre más, perdido entre los demás hombres. Fue Juan, el Bautista, quien anuncia que OTRO vendrá a bautizar en la Sangre y en el fuego -es decir el bautismo cristiano que es muerte y resurrección- porque este bautismo saca su fu erza en la CRUZ y en la PASCUA de CRISTO.

Dijimos que Dios Padre hace su Epifanía de muchas maneras -es decir, se manifiesta de distintas maneras-. Pero en CRISTO se revela quien es. Por eso lo vimos manifestarse en la Navidad en la “epifanía” de un NIÑO, nacido como todo hombre y en el contexto de un Pesebre, anunciado a unos pastores y glorificado por los ángeles que anuncian al Salvador del mundo.

Luego lo vemos manifestarse en unos Reyes del Oriente - significando que se manifiesta a todo el mundo y a todas las razas... y vinieron y le adoraron... ofreciéndole: oro, incienso y mirra. Confesaban los Reyes Magos la Encarnación del Hijo de Dios, confesando que era verdadero hombre y verdadero Dios.

Ahora se manifiesta en el Río Jordán: la presentación la hace el mismo Padre Dios y lo anuncia el precursor del Salvador del mundo, Juan el Bautista... y se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: TU ERES MI HIJO, EL AMADO, EL PREDILECTO...” (Lc. 3, 21- 22). 

Confesamos, aquí, nuestra fe en el misterio de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo y a la vez confesamos nuestra fe en el Hijo de Dios como verdadero Dios y como verdadero Hombre. En este Cristo Jesús tendrá pleno sentido la vida de los hombres y la historia de los hombres. Toda la creación volverá a encontrar su armonía en este JESÚS confesado por Dios Padre como el Hijo Amado y el Predilecto.

Hacemos esta catequesis de estas fundamentales verdades de nuestra Fe, porque nos ayudarán a conocer mejor quienes somos nosotros, como cristianoshoy y cuáles son nuestras responsabilidades asumidas en nuestro bautismo.

Es aquí donde debemos volver a mirar, para entender todo lo grande y profundo que hicimos el día de nuestras fiestas de San Nicolás, especialmente cuando realizamos, una vez más, el encuentro o Tinkunaco. Así comenzamos el año “74 haciendo la misma manifestación del Jordán: la hicimos a ese Cristo Alcalde, a quien le confesamos que es el Hijo de Dios, el Amado y el Predilecto; el Autor de la Paz y en quien nos debemos “encontrar” todos los hombres. En este CRISTO ALCALDE nos encontraremos como pueblo. En este Cristo sacaremos las fuerzas y la Luz para llevar adelante la gran tarea de ir concretando realizaciones de paz y felicidad para todos.

Fundamentado en lo que acabamos de decir, quiero detenerme más en aquello que dijimos el primero de enero al final de las Fiestas Patronales; me refiero a las metas del año “74”: 

    1. LA PAZ TAMBIÉN DEPENDE DE TI. Este es el lema del Santo Padre Pablo VI para todo el mundo. Nosotros lo hicimos programa para este año “74”; más que como programa debe constituirse como el alma de todas nuestras reflexiones y trabajos. Construir una Rioja en Paz y Feliz para todos depende de cómo construimos la paz en cada uno de nosotros, en cada hogar, en cada barrio, en cada ciudad o pueblo. El encuentro será vivido en el año “74 si a este lema lo hacemos carne en toda nuestra vida individual y comunitaria. Este lema va desde la intimidad de nuestras conciencias hasta las relaciones a diversos órdenes entre nosotros, como pueblo. “Esa paz, seguimos diciéndolo, será verdadera si se fundamenta en la Verdad, en la Justicia y en el Amor fuerte y viril.”

2. AÑO SANTO DIOCESANO. Los objetivos del año santo siguen siendo tarea para este año “74” en toda la diócesis. No habrá paz si no hay reconciliación verdadera con Dios y entre nosotros. Lo seguiremos diciendo hasta el cansancio. Y no habrá reconciliación con Dios si no es verdadero el amor entre nosotros - y este amor debe traducirse en obras, estas obras deben estar fundadas en lo que es “justo”, en lo que es “verdadero” y en lo que es relación fraternal:

-es un año de mayor oración personal y comunitaria,

-es un año de mayor reflexión del Evangelio confrontando nuestra vida con él,

-es un año que debe llevar a una mayor conversión y a una mayor purificación personal en el Sacramento de la Penitencia y de la Eucaristía,

-es un año que debe quedar como SIGNO para las generaciones futuras en la concreción de UNA OBRA de BIEN PÚBLICO de la naturaleza que sea, como fruto del esfuerzo común y como signo de esa reconciliación que se busca en este año santo. La presento para todas y cada una de las comunidades parroquiales. Verán las comunidades cómo llevarla a cabo. También nos ayudará esto a ser creativos.

3Siendo el AÑO del Congreso Eucarístico Nacional, debemos fijarlo también como meta; es decir, saber descubrir todo lo que exige de cada uno de nosotros y de cada comunidad, la EUCARISTÍA. Hay mucho que revisar, reflexionar y concretar en la vida diaria. No son dos cosas sino una sola; es decir, un año será santo si es plenamente, también eucarístico. No sólo miremos a La Rioja, sino miremos a la Patria que está buscando los caminos para concretar una verdadera reconstrucción. Vivir un año santo eucarístico es ir haciendo cada vez más realidad todos los valores de nuestro pueblo argentino.

Ayudémonos para que no queden escindidos sino que se conviertan en realizaciones que nos hagan felices a todos. En la Eucaristía descubriremos mejor qué significa ser constructor de PAZ y EDUCADOR de PAZ. En este sentido he nombrado un responsable diocesano para este año del Congreso Eucarístico.

4. LA EVANGELIZACION. Esta ha sido otra de las metas que pusimos. Cada Comunidad Parroquial como cada uno de nosotros debemos ser reevangelizados. Es decir: volver a esa PALABRA VIVA DE DIOS y hacerla carne de nuestra vida. Iluminar desde Ella todo lo que vivimos cada día; todo lo que nos provoca dolor o alegría. También, como pueblo riojano debemos volver a reflexionar o iluminar toda nuestra actual situación socio-cultural, si somos fieles a lo que quiere Dios de nosotros y se nos exige en esta hora en que vivimos. Lo que será tema de reflexión en toda la Iglesia universal, también lo hacemos meta para este año en toda nuestra diócesis. Este tema toca toda la vida de la Iglesia diocesana. Nos ayudará a seguir haciendo eso que hicimos en las Jornadas de Evaluación Pastoral; nos ayudará a concretar realizaciones para este año “74”. Este objetivo nos toca muy de cerca a nosotros sacerdotes, a las religiosas y al laicado. Es tarea para la catequesis, para la preparación sacramental, para las celebraciones litúrgicas, para las celebraciones patronales, para la reflexión del cristiano en el compromiso que tiene de ayudar a construir una sociedad según Dios. Es tarea para una reflexión profunda a diversos niveles y hacer de nuestra Fe personal y comunitaria signo de madurez cristiana y compromiso con la historia que todos vamos haciendo.

Para esto se tendrá como meta:

1. un conocimiento mejor de las Sagradas Escrituras. LA BIBLIA. Debe ser el libro que alimente permanentemente a todo cristiano en la vida.

2. Para nosotros sacerdotes, procurar que los sacramentos estén precedidos de una adecuada catequesis y que cada Eucaristía que celebremos con el pueblo sea cada vez mayor el “ENCUENTRO” de una comunidad, tratando de ir corriendo el sentido individualista de la eucaristía que se suele tener.

3. En este clima y con esta tarea se irán formando un verdadero laicado capaz de asumir cristianamente todos sus deberes de ciudadano en las responsabilidades y campos que le toque actuar.

4. Que este año santo pueda ayudar a muchos cristianos a asumir el Concilio; en su letra y en su espíritu, con todas las consecuencias que implica y con verdadero gozo, no con temor.

5. Que las peregrinaciones que se vayan haciendo en el año santo se las prepare con este sentido y contenido que acabamos de señalar.

6. Por ser sede, esta Catedral, de peregrinaciones, se pondrá especial atención pastoral para que cada una de ellas encuentren en su peregrinación a la Catedral esta respuesta evangélica que señalamos. 

Además que deberá este Santuario concretar una Obra que sea signo de este año santo. Para esta finalidad le encargamos al equipo responsable que la proyecte y la lleve a la práctica. 

Hermanos, a este Cristo, a quien el Padre le dice que es su Hijo Amado y su Predilecto; en el Monte Tabor dirá también: ESCÚCHENLO, es para todos nosotros este mandato.


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viernes, 10 de enero de 2025

"El Amor me hizo valiente" - Un libro que llegó a las manos del papa Francisco (entrevista)


Hoy queremos compartir con todos ustedes una entrevista realizada a dos jóvenes argentinos que son los autores del libro "El Amor me hizo valiente" que relata la vida de la sierva de Dios Cecilia Perrin de Buide, adaptada para niños. Este libro llegó a las  manos del papa Francisco.

Conversamos con Adriana Andino, redactora de este libro:

    1) ¿Cuándo conociste el testimonio de vida de Cecilia Perrin de Buide? ¿Qué fue lo que más te impactó? 

Por el año 2018, conocí su testimonio leyendo el libro "Tus caminos son una locura" de la autora Licy Miranda.  Lo que más me impacto fue que desde su infancia manifestó su cercanía, acogida y ternura a cada persona que encontró a lo largo de su vida, aunque a veces fueran desconocidas

      2) ¿Por qué decidiste escribir y compartir su historia?

Para difundir su vida, como sierva de Dios argentina, sabiendo que la mayoría de sus familiares nos acompañan hoy, eso me animó a hacerlo pronto.   Ceci fue hija, hermana, esposa, madre, catequista y preceptora. Nos mostró que a partir de actos pequeños y concretos podemos hacer presente el Reino del Amor de Dios en nuestro corazón y en el de cada hermano. Me enteré de un concurso de libros-álbum, con temáticas libres y quise participar contando la vida de Ceci adaptada para niños.

3) ¿Cómo surgió la idea de una historia ilustrada?

Buscando que la propuesta fuera atractiva para los chicos, primero se adaptó el texto con un lenguaje más apropiado para los chicos (con autorización de Licy Miranda). Luego se agregaron unas imágenes y finalmente con Lio Camargo (dibujante profesional) se optó por un formato tipo historieta. Cada escena está muy rezada ante el sagrario. Luis Camargo rápidamente comprendió la idea, hemos tenido mucho trabajo con reuniones virtuales

      4) ¿Por qué elegiste como título: "El Amor me hizo valiente”?

Elegí este título, "El Amor me hizo valiente", por qué como ella enseñó a sus alumnos: Dios es Amor. Y estoy segura que Dios la hizo valiente para amar en todo momento, incluso en los más difíciles como su enfermedad y desprendimiento de seres queridos con paz en su alma, aceptando la voluntad de Dios. 

5) Este libro llegó a las manos de Francisco ¿Que sentiste al enterarte de eso?

Me sentí muy feliz, ha sido una gracia para toda la Iglesia y un gran gesto de paternidad para mí, de cercanía, delicadeza. Porque no imaginé que lo recibiría.  Enviamos 4 libros, "por las dudas"  a través de un matrimonio amigo que viajaba a Roma. Los dediqué eran para los presidentes del Movimiento de los Focolares y otro para el sacerdote que lleva adelante la causa de canonización.

Fotos de la presentación del libro en mayo del año 2024:


Adriana presentando el libro en la Mariápolis Lía
 (ciudadela del Movimiento de los Focolares en Buenos Aires)

Adriana firmando ejemplares de este libro

Adriana con sus padres, su hermano y María Ines, hermana de Cecilia

Adriana junto con Jorge Perrin, hermano de Cecilia



Dialogamos con Lio Camargo, ilustrador del libro "El Amor me hizo valiente” 

      1) ¿Cómo surgió la vocación de dibujar la vida de santos?

No puedo recordar un momento exacto en el que comencé a dibujar santos. Lo que sí sé es que mi vocación como dibujante siempre ha estado profundamente ligada a los acontecimientos de mi vida cotidiana. Desde el principio, no solo conté con el apoyo incondicional de mi familia, que me animó a transformar mis dibujos infantiles en algo más significativo, sino también con el respaldo de mi comunidad, que nunca dudó en brindarme un espacio para hacer lo que más me apasiona. Probablemente, mis primeros dibujos fueron de San Juan Diego o de la Virgen de Guadalupe, patronos de mi comunidad en Mar del Plata. Cada experiencia vivida se refleja en cada trazo de los dibujos que realizo.

2) ¿Cuál fue el primer libro ilustrado que publicaste?

El primer libro que publiqué fue para un colegio de Córdoba que tienen las hermanas dominicas de San José sobre su fundador Fray Reginaldo Toro.

3)   ¿Cómo surgió la idea de dibujar la historia de Cecilia Perrin de Buide?

Hace bastante tiempo me escribió Adriana Andino, me comentó que quería unas ilustraciones para hacer un libro para niños sobre Ceci, me gustó la idea y acepté la propuesta.

Lio y Adriana en una primera reunión, pensando en el libro de Ceci

4)    ¿Ya conocías la historia de Cecilia antes que Adriana te pida está colaboración? ¿Qué es lo que más te llama la atención de su vida?

Solo conocía lo básico sobre su historia. En general, las narraciones sobre la vida de los santos suelen centrarse en los momentos más destacados o trascendentales, dejando de lado lo cotidiano. Eso fue lo primero que me impactó: mientras dibujaba, hechos simples de su vida, me di cuenta de que era una persona que dejaba huellas profundas en el corazón de quienes la conocían. Siento que Adriana, poco a poco, me la presentó de una manera especial. No me mostró a una santa distante, sino a una amiga cercana, alguien que la acompaña en todo momento para superar las dificultades. Cuando terminamos el libro, comprendí que para mí ya no era simplemente Cecilia, sino "Ceci".

 5) ¿Qué sentiste al saber que este libro llegó a las manos de Francisco?

Siento que el hecho de que el libro haya llegado a sus manos es una confirmación de que estamos en el camino correcto. Es una alegría inmensa que me impulsa a seguir adelante con la misión de evangelizar a través de ilustraciones.

Cuentas de la editorial Alegrense:



Luego de recibir el libro, el papa Francisco envió una carta de agradecimiento por haber recibido este libro de Cecilia en la que expresó: "Deseo que el libro, en su forma narrativa original, pueda convertirse en una preciosa herramienta para mirar la santidad como un camino, cuyo punto de partida es el mismo don que cada uno ha recibido: el Bautismo"




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domingo, 29 de diciembre de 2024

Domingo de la Sagrada Familia - Homilía del P. Diego Olivera





Samuel 1,20-22.24-28. / Salmo 84(83),2-3.5-6.9-10. / Epístola I de San Juan 3,1-2.21-24

Evangelio según San Lucas 2, 41-52.

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados". Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?". Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.


Homilía del P. Diego Olivera

En la primera lectura escuchamos el relato del nacimiento de Samuel, que significa: "Dios ha escuchado". Un hijo nacido por el pedido fervoroso de Ana, quien era estéril, esto la entristecía mucho (cf. 1° Samuel 1, 5-7) pero tenía  mucha fe,  había orado entre lagrimas pidiendo un hijo a Dios y él se lo concedió.  Nació Samuel y al crecer fue consagrado al servicio de Dios, podríamos decir que fue un monaguillo, acompañaba al sacerdote Elí en su tarea, luego se convirtió en profeta y fue el último juez de Israel quien ungió al primer rey. Samuel, que ha nacido por un milagro ha sido llamado por Dios para una misión muy importante. 

En el Evangelio también nos encontramos con otro milagro y con la revelación de la misión del salvador, María, quien no había tenido relaciones con ningún hombre concibió por obra del Espíritu Santo, nació Jesús, creció junto a su madre y su padre José y con ellos partió hacia Jerusalén.

Al celebrar la Sagrada Familia, las lecturas de hoy nos invitan a valorar el gran milagro de la vida y a reflexionar la vocación de cada uno. Nacemos por obra de Dios y somos llamados para una misión concreta dada por el mismo Dios.

En este Evangelio se presenta una situación de tristeza y mucha angustia, María y José caminan entre la multitud regresando de Jerusalén  y  descubren que Jesús no está con ellos, se ha perdido. Quizás muchos de ustedes han experimentado esta situación, por ejemplo cuando tienen a cargo un hijo o un sobrino y se pierde entre las góndolas del supermercado o en las galerías de un shopping o en una procesión. Se experimenta una gran angustia hasta que es encontrado, así lo vivieron María y José pero al tercer día, lo hallaron. Aquí encontramos dos datos interesantes: sus padres lo llevaron a Jerusalén, es  el lugar en el que todo lo que fue escrito por los profetas se cumplirá (Lc 18,21), el lugar de su “despedida” (Lc 9,31.51; 24,18) y de las apariciones del resucitado (Lc 24,33.36-49) y después de tres días termina la “pasión” de estos padres al encontrar a su hijo, seguramente nos resuena este dato por la resurrección de nuestro salvador. Estos datos nos dan una señal de la misión de Jesús

Al ser encontrado Jesús, comienza un dialogo entre ellos, María pregunta y Jesús responde con otras preguntas con las que comienza a revelar su misión: hacer la voluntad del Padre, José es testigo en el silencio. Pero ellos no comprenden, tampoco cuestionan ni discuten.

El Papa Francisco en el Ángelus de esta mañana afirmó: “Detengámonos a mirar a esta familia. ¿Saben por qué la Sagrada Familia de Nazaret es un modelo? Porque es una familia que dialoga, que habla. El diálogo es el elemento más importante para una familia. Una familia que no se comunica no puede ser una familia feliz”.

Pidamos la intercesión de la Sagrada Familia para que en nuestras familias crezcamos en la escucha y el dialogo para así construir juntos una familia feliz.


Pongamos atención en las lecturas de hoy, porque reflejan la realidad concreta  de muchos dolores de hoy. Ana representa a aquellas familias que no pueden tener hijos y se ven invadidos por la tristeza, ella los invita a renovar la Esperanza y pedirle a Dios eso que tanto desean, también podemos pensar en las familias que desean adoptar pero se ven envueltos en la tristeza al enfrentarse con un sistema demasiado burocrático y con muchos obstáculos.

La angustia de María y José por la ausencia de Jesús refleja el dolor de muchos padres que tienen a sus hijos con alguna enfermedad terminal, pensemos en Loan y tantos niños que han desaparecido, cuanta angustia para sus padres, pensemos en las jóvenes secuestradas para la explotación sexual y en las personas que han caído en alguna adicción, cuánto dolor para los padres y madres que no encuentran solución y no saben o no pueden acompañar la esclavitud de sus hijos a causa de este flagelo que sigue creciendo y que muchas veces llega hasta el suicido

Todos somos responsables de la causa de estos dolores, no podemos permitir que sigan sucediendo todas estas cosas, tenemos que denunciar, tenemos que comprometernos con nuestra sociedad, no podemos seguir sumergidos en el egoísmo de “sálvese quien pueda”.  Nos tenemos que ayudar mutuamente saliendo de la indiferencia, si vemos que en nuestro barrio venden droga o hay algo raro tenemos que denunciar ante las autoridades que corresponde, tenemos que tener un corazón compasivo y tender la mano a quienes sufren estos dolores. No podemos dejar que sigan creciendo estas situaciones que atentan contra la dignidad humana. No podemos dejar que más niños y jóvenes se pierdan.

Ante estas situaciones no tenemos que perder la Esperanza y pedir insistentemente como lo hizo Ana, para que reine la Vida Nueva que brota de Jesús resucitado y todo lo transforma. Nos encomendamos a la intercesión de la Sagrada Familia para que reine la paz en nuestras familias y en nuestra sociedad.



Feliz navidad y prospero año nuevo!!!




Información sobre el año de la oración (2024):



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