Mostrando entradas con la etiqueta Vivamos juntos la Fe. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Vivamos juntos la Fe. Mostrar todas las entradas

martes, 4 de junio de 2024

Ecce homo (he aquí el hombre)


La Sagrada Escritura, aunque no es un tratado de antropología, contiene respuestas a las preguntas más profundas de la humanidad. Una de estas preguntas, recurrente tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, se refiere a la identidad, naturaleza, capacidades y, sobre todo, a la relación del hombre con su Creador.
La primera referencia a esta cuestión aparece en el libro del Génesis, donde el hombre es presentado como la culminación de la obra creadora de la Trinidad, dándole vida “desde la nada” en el sexto día. Este acto destaca porque el hombre no es creado como el resto de las criaturas, sino con una característica distintiva: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” (Génesis 1:26). Dios, como un artesano, modela del barro la vasija que contendrá el inmenso tesoro de participar en la vida eterna. Ser creados a imagen y semejanza de Dios significa no solo racionalidad y libertad como propiedades constitutivas de la naturaleza humana, sino también, desde el principio, la capacidad de una relación personal con Dios, como un “yo” y un “tú”, y, por ende, la capacidad de alianza reflejada en la comunicación salvífica de Dios al hombre (Dominum et Vivificantem, 34).
Esta pregunta sobre el hombre también se expresa en otros pasajes de la Escritura, que manifiestan admiración por su valor y dignidad y buscan comprender el amor y la distinción que Dios hizo para con él. En el Salmo 8:5-6 leemos: “¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, el hijo de Adán para que de él te cuides? Apenas inferior a un dios le hiciste, coronándole de gloria y de esplendor.” De manera similar, el Salmo 144:3 dice: “¿Qué es el hombre para que le conozcas, el hijo de hombre para que en él pienses?” Y en Job 7:17-18: “¿Qué es el hombre para que tanto de él te ocupes, para que pongas en él tu corazón, para que le escrutes todas las mañanas y a cada instante le escudriñes?” El Nuevo Testamento también recoge esta pregunta en Hebreos 2:6: “¿Qué es el hombre, para que lo recuerdes?”
La respuesta más profunda parece estar en el Evangelio de Juan, donde, después de la flagelación de Jesús, Pilato lo presenta a la multitud diciendo: “Ecce homo” (Juan 19:5). “He aquí al hombre”. Esta escena plantea una crucial paradoja sobre la condición humana. ¿Qué sucedió con esa criatura hecha a imagen divina, coronada de gloria y majestad? ¿Qué tiene de paradójico contemplar la imagen de un hombre cuya humanidad se presenta sangrando y en carne viva?


La escena de “Ecce homo” muestra la imagen más radical de la humanidad, marcada por el dolor, el sufrimiento y el flagelo del pecado. Al mismo tiempo, nos revela al Verbo, recordándonos el momento de la creación del hombre. “Ecce homo” podría significar “he aquí la carne, que, como barro deforme, es preparada para ser elevada al torno de la cruz, para una nueva creación”. Es una nueva acción de Dios para regalarnos “desde la nada”, gratuitamente, la salvación y la vida eterna.
La obra de redención realizada por el Verbo, que asumió nuestra herida naturaleza, se hace realidad también en nosotros mediante la gracia que recibimos a través de la oración. La oración actúa como un bálsamo que cura y un aceite que nos fortalece en la lucha espiritual. Así, la oración se convierte en un medio crucial para restaurar la relación con Dios y la semejanza divina en nosotros.
La caída de Adán y Eva no destruyó la imagen de Dios en el hombre, pero sí distorsionó la semejanza, introduciendo la corrupción y la muerte en la experiencia humana. La redención a través de Jesucristo, el nuevo Adán, es un proceso de restauración y perfeccionamiento de esta semejanza. En este contexto, la oración juega un papel fundamental, ya que es a través de la oración que el ser humano se abre a la acción transformadora de la gracia divina.
La oración no es simplemente una práctica piadosa, sino un medio de transformación ontológica. A través de ella, el creyente se une a Cristo y participa en su vida divina. La encarnación del Verbo es el punto culminante del plan de Dios para la humanidad, donde el Hijo de Dios se hizo hombre para que los hombres pudieran convertirse en hijos de Dios. Este proceso de divinización implica una transformación completa del ser humano, algo que se realiza principalmente a través de la oración y los sacramentos.
Al orar, el cristiano entra en comunión con el Padre a través del Hijo en el Espíritu Santo. Esta comunión no es una mera relación externa, sino una incorporación real a la vida divina, lo que permite al creyente ser transformado a imagen de Cristo. Así, la oración es tanto un medio de comunicación con Dios como un proceso de conformación del ser humano a la imagen de Cristo, para recuperar esa semejanza herida.
El “Ecce homo” es una invitación a dejarnos curar para restaurar nuestras heridas, para recuperar en nosotros la semejanza con que nuestra carne fue moldeada. A eso nos invita San Ireneo de Lyon que nos recuerda: “Pon en sus manos un corazón blando y moldeable, y conserva la imagen según la cual el Artista te plasmó; guarda en ti la humedad, no vaya a ser que, si te endureces, pierdas las huellas de sus dedos.”

Autor: José Antonio Carrascosa, Dr. en Educación



¿Sabias que el papa Francisco nos invitó a vivir el año de la Oración? Más información aquí





Podes seguir este blog a través de facebook: AÑO DE LA FE. (Grupo) Vivamos juntos la Fe (FanPage), Instagram en X: @VivamoslaFe y en nuestro canal de Telegram

viernes, 31 de mayo de 2024

Mateando con el Espíritu Santo



El mate es un gran compañero de lo cotidiano, al menos en Argentina, tenemos la costumbre de tenerlo a nuestro lado en las actividades cotidianas. También es motivo de encuentros entre los miembros de una familia, por ejemplo, cuando se reúnen después de la jornada laboral o entre amigos que desean reunirse después de mucho tiempo.  El mate siempre es un buen compañero, lo disfrutamos mucho tomando solos o pasándolo de mano en mano 


El Espíritu Santo también es una buena compañía que disfrutamos en la intimidad, y muy especialmente en comunidad. En nuestra soledad, nos ayuda a buscar una relación personalísima con la Santísima Trinidad, ya sea a través de la contemplación o de la oración más breve y sencilla, lo importante es invocar la presencia del Espíritu Santo e intentar ser dóciles a lo que nos inspire. En compañía, es como esos mates comunitarios, donde los mates se ponen a disposición de todos los invitados con la intención que alcance para todos, pero también para que cada uno pueda tomar más de un mate mientras dure la juntada. Esto es lo lindo e interesante del Espíritu Santo. ¡Es un regalo que contiene otros regalos, y los mates son para regalarse y para regalar a otros! El Espíritu Santo es ese mate que va de mano en mano compartiéndose entre todos, acercando a los que están distantes y siendo un sorbito de fuerza para aquel que se encuentra sin energía antes de terminar el día. El Espíritu Santo trae consigo otros regalos, dones, que si bien nos ayudan individualmente, llegan a la plenitud cuando los ponemos al servicio de la comunidad.


Para un rico mate, son necesarias pocas cosas, el mate propiamente dicho, yerba y agua. Con estos elementos y nuestra creatividad podemos tener una diversidad enorme, por ejemplo, pueden hacerse mates con agua fría o caliente, con yerba compuesta, saborizada, yerba con o sin palo y existen mates de madera, plástico, metal, etc… y ni vamos a hablar acerca de la variedad de termos que existen

Así mismo cuando lo invocamos, especialmente en el silencio, Él nos ayuda y nos permite tener una experiencia de Dios de las más diversas, en la contemplación, frente al santísimo, durante los retiros, en la oración individual en el hogar.


                                               


Un caso muy curioso son las bendiciones, aun no somos conscientes que al bendecir a una persona pedimos que el Espíritu Santo actúe sobre él o ella, expresamente se menciona a la santísima trinidad, y es una práctica que todo bautizado puede hacer, pero que pocas veces realizamos.


En todo caso la esencia propia del mate es el agua, de la misma forma ocurre con el Espíritu Santo. Así como podemos cambiar la yerba, mate o termo, si o si necesitamos del vital elemento para disfrutarlo: el agua. El Espíritu Santo es la esencia misma del amor entre Dios Padre y Jesús. A través de su presencia podemos sabernos cercanos a Dios y disfrutar de todos los dones que nos ofrece para alcanzar la felicidad, el gozo pleno.


Cuando uno afirma, humilde y conscientemente, “estar en pecado” en realidad estamos confirmando que nos hemos distanciado de la presencia de Dios, como así también de los hermanos. Esa distancia es como tomarse un mate con agua fría en pleno invierno. No tener presente al Espíritu Santo en nuestras vidas rompe con la experiencia del amor de Dios, aunque por el bautismo siempre, pero siempre, seremos sus hijos, su ausencia provoca una especie de frío en nuestro espíritu, un escalofrío en el cuerpo. Para acercarnos nuevamente a Él,  el Espíritu Santo nos ayuda a ir acortando esa distancia a través de diferentes modos, especialmente a través de una preparación sincera para el sacramento de la Reconciliación. 


El Espíritu Santo puede ser representado con una paloma, fuego, viento, etc. Todas estas imágenes son propias del día a día, son parte del paisaje natural, ya sea que estés en la ciudad, el campo o cualquier otro lugar, al verlas nos hace recordar la promesa de Jesús de acompañarnos en la vida cotidiana, como amigo y compañero de camino

Para terminar, te invito a cultivar una relación más consciente y receptiva con el Espíritu Santo, reconociendo su presencia constante y su papel en nuestra búsqueda de la felicidad y la plenitud espiritual. 


Compartí unos mates con el Espíritu Santo en un lugar tranquilo y conversa con él, hacelo parte de tu vida diaria. Invita a tus amigos, disfruta de su presencia y aprendamos juntos a convivir con Él.



Autor: Victor Ramírez



¿Sabias que el papa Francisco nos invitó a vivir el año de la Oración? Más información aquí





Podes seguir este blog a través de facebook: AÑO DE LA FE. (Grupo) Vivamos juntos la Fe (FanPage), Instagram en X: @VivamoslaFe y en nuestro canal de Telegram

miércoles, 22 de mayo de 2024

La oración es para seguir a Jesús


                                       

  


Jesús pasaba sus noches en intimidad con el Padre, así también fue la vida de los santos como Santo Domingo de Guzmán,que vivía sus noches en intimidad con el Señor hablando a Dios de los hombres y de día, en su predicación, hablaba a los hombres de Dios. Cuánta falta nos hace ser faros que iluminen la noche oscura en la que la humanidad está sumida. Siendo intercesores ante Dios por los que no creen, por los que han perdido la esperanza o ven la vida sin sentido. 


¿Cómo habrá orado Jesús que sus discípulos le pidieron: “Maestro, enséñanos a orar”? Y les enseñó el Padre Nuestro,dónde por primera vez a Dios le decíamos Padre. Esa es la gracia que recibimos en la oración: hablar con Quién sabemos que nos ama, nos espera y no nos juzga, sino que siempre está atento a cada uno como un Padre, un Amigo, un Compañero de camino.


Fruto de la oración de Jesús es la elección de los 12 apóstoles. Cada uno de nosotros,llamados a seguirlo,somos fruto de esa noche de oración. Cómo aquella oración del Evangelio de San Juan dónde Jesús ruega al Padre por los que compartieron su vida pública, por los que gracias a ellos creerán en Él, rezando para que seamos uno y nos consagre el Padre en la verdad.






Es fuerte pero real, afirmar que, sin oración, no hay seguimiento. La oración es algo central y fundante en el seguimiento de Cristo. Sin oración podrá haber cumplimiento de normas, preceptos, incluso sacramentos, pero no seguimiento. Como creyentes en Jesús, el seguimiento es una cuestión de relación personal, de encuentro en un tú a tú vinculante, de comunicación interior hasta el enamoramiento, hasta la unión de personas, hasta establecer a Cristo en nuestro más profundo centro, como dice Santa Teresa  “en el centro de ella (del alma)  se me representó Cristo nuestro Señor” (V 40,5). Quien ocupa nuestro espacio interior es Jesús. La oración nos impregna de su vida, su Palabra y de su persona, en definitiva, nos va conformando e igualando con Él. 


Personajes bíblicos han comprendido quién es Dios luego de un encuentro personal, como Job que al final dice: “sólo te conocía de oídas, pero ahora te han visto mis ojos”. Nos puede pasar de conocer a Jesús de oídas pero por medio de la oración lo conocemos porque tocamos su corazón como él toca el nuestro. En esa intimidad,dejamos de ser siervo y somos amigos, porque “nos ha dado a conocer todo lo que ha oído del Padre”, porque comparte su Cuerpo y su Sangre.


Seguimiento-oración-relación, van  intrínsecamente unidos, no se pueden desvincular. Forman un todo fundante. Implican una manera de ser y vivir.  Santa Teresa aconseja: “Representad al mismo Señor junto con vos y mirad con qué  amor y humildad os está enseñando; y creedme, mientras pudiereis, no estéis sin tan buen amigo. Si os acostumbrais a traerle con vos, y él ve que lo hacéis con amor y que andáis procurando contentarle, no le podréis como dicen echar de vos; no os faltará para siempre; ayudaros ha en todos vuestros trabajos; tenerle en todas partes. ¿Pensáis que es poco un tal amigo al lado?” (C 26)


San Pablo es el testimonio cercano de que en la oración encontramos la fortaleza para sobrellevar nuestra debilidad, porque su gracia se manifiesta en ella. 


La Iglesia naciente de Pentecostés estaba en oración cuando recibió el Espíritu Santo y en compañía de la Virgen, nuestra Madre. Pidámosle a María, Madre de la Iglesia, mujer orante y de una fe inquebrantable que nos enseñe a guardar todo en el corazón y a hacer todo lo que Jesús nos diga,  por eso le pedimos que nos alcance la gracia del abandono y la confianza para buscar a Jesús y dejarnos encontrar por Él.


Hna. Graciela Correa Brito OP


¿Sabias que el papa Francisco nos invitó a vivir el año de la Oración? Más información aquí



Podes encontrar todas las novedades de este blog en Facebook: (Grupo) Vivamos juntos la Fe (FanPage), Instagram y en Twitter: @VivamoslaFe




miércoles, 12 de octubre de 2022

10 años Evangelizando en la Web


Muchas gracias a Lio Camargo por diseñar este logo
para celebrar estos 10 años


Hola, soy Diego Olivera, administrador de este blog. Hoy quiero compartir con todos ustedes la gran alegría de cumplir 10 años en la web, intentando evangelizar a través de este espacio digital (Espero haber sembrado la Buena Nueva). A continuación les cuento como nació “Vivamos juntos la Fe”.

En julio del año 2011 participe en la escuela de delegados de la Acción Católica en la diócesis de Rosario (Argentina), allí nos ofrecieron un taller sobre “TecnoEvangelización”, fue disertado por Eduardo Gargevcich más conocido como “Kpocha”, su exposición me entusiasmo tanto que me sume al grupo de Facebook (TecnoEvangelización). Pasaron unos meses, Kpocha percibió mi entusiasmo y me invitó a ser administrador del blog TecnoEvangelización.

Al año siguiente, en Junio del año 2012, decidí comenzar con un proyecto de evangelización en la web al que se sumaron 15 jóvenes de otras provincias, a este proyecto lo denominamos Webangelio 3.0, utilizamos el muro de Facebook como espacio de evangelización, (Hoy lo conocemos como biografía) La propuesta consistía en publicar una vez por semana un dibujo con una frase bíblica.

Pasaron los meses y encontré un video del papa Benedicto XVI, en el que afirmaba: “Llevad el Evangelio a la web”, sentí la inspiración de crear un nuevo proyecto de evangelización.

Luego al leer: “Hoy es necesario un compromiso eclesial más convencido en favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe” en la carta “Porta Fidei” (La Puerta de la Fe), también del papa Benedicto XVI, con la que convocó a vivir un año de la Fe, sentí un nuevo empujoncito y recordé las palabras que Jesús le dijo a Pedro: “Navega mar adentro”.

Después de poner en oración esta inquietud, tomé la decisión de abrir un blog en coincidencia con el año de la Fe y así nació “Vivamos juntos la Fe”.

Al cumplir un mes, este blog fue incluido en el directorio de “Blogueros con el Papa”, asociación fundada en la JMJ 2011 en Madrid.

El contenido del primer año estuvo muy relacionado con los acontecimientos eclesiales en torno al Año de la Fe, los documentos del Concilio Vaticano II (al cumplirse 50 años de la apertura del mismo) y el Catecismo de la Iglesia Católica (al cumplirse 20 años de su publicación)

A lo largo de estos años he realizado publicaciones sobre la vida de santos, sus escritos y homilías dominicales. Durante dos años publique el boletín “EVANCAT”, consistía en la publicación del Evangelio del día y algunos párrafos del Catecismo de la Iglesia Católica que ayudaban a profundizar y comprender la Palabra de Dios. En el blog también encontrarán información sobre “Monseñor Angelelli” y compañeros mártires; el “Sínodo de la Amazonia”; un boletín sobre la vida de “Monseñor Orzali”; una serie de publicaciones sobre “Catequesis y Kerygma”; un boletín de “San José” y mucho más.

El año pasado participé en la organización de un ciclo de conferencias sobre “La Fe y los Medios de Comunicación Social” que se difundió a través del canal de Youtube de la Universidad Católica de Cuyo, San Juan – Argentina. (Aquí encontrarán más información sobre estas conferencias)

Ahora quiero agradecer a Dios por llamarme a evangelizar a través de este espacio digital y por sostenerlo en el tiempo. Agradezco a mis familiares y amigos que me acompañaron desde un principio y que hoy colaboran con la difusión de las publicaciones. También quiero agradecer a todos los que se sumaron como columnistas de este blog, enviando sus escritos (sacerdotes, religiosos/as y laicos). Y la puerta sigue abierta para todo el que quiera sumarse.

Muchas gracias a todos los amigos lectores que llegaron a este blog a lo largo de estos 10 años.

Encomiendo esta misión a la intercesión del beato Carlo Acutis, a quién hoy celebramos, conocido como el Cyberapostol; hoy también se cumplen 10 años de la apertura de su causa de beatificación y canonización (fase diocesana).

Los invito a seguir las redes sociales donde compartiré saludos y sorpresas por este 10° aniversario.

Podes seguir este blog a través de facebook: AÑO DE LA FE. (Grupo) Vivamos juntos la Fe (FanPage), Instagram y en Twitter: @VivamoslaFe

Te interesa formarte para brindar un mejor servicio en la Iglesia? Te invitamos a conocer la academia católica: Holydemia y te regalamos un cupón de descuento del 15% para los cursos pagos: "VIVIRLAFE" (también encontraras cursos gratis)

Queres colaborar con este blog? Comunícate con nosotros: vivamosjuntoslafe@gmail.com