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sábado, 14 de octubre de 2023

La Casa de la Bondad - Testimonio de Víctor Ramírez


La Casa de la Bondad además de ser un Hospice[1] es una de las muchas obras que forman parte de la Fundación Manos Abiertas. La Casita, como la llamamos todos los que conocimos esta hermosa obra, se encuentra en distintas provincias de nuestro país. Tuve la Gracia de conocer aquellas que se encuentran en Córdoba y en Salta. Lo que vivencie allí es lo que me motiva día a día a llevar la palabra de Dios a todos los rincones de mi vida.

En este bellísimo lugar se brindan los “Cuidados Paliativos”. Los mismos se pueden definir de varias formas, una de ellas es la siguiente: “Mediante los cuidados paliativos se afrontan los problemas derivados de una enfermedad o situación incurable e irreversible, por medio de la prevención y del alivio del sufrimiento mediante la identificación, valoración y tratamiento del dolor y otros síntomas físicos, psicosociales y espirituales[2]. Sin embargo, cada voluntario podría redefinir el concepto sencillamente así: “es el amor que brindamos diariamente a los patroncitos (este término tiene su origen en la costumbre de San Alberto Hurtado SJ, quien llamaba así a los excluidos de su tiempo)”.

Todas las casitas del país están acondicionadas para recibir a los patroncitos, tienen voluntarios que cocinan, lavan y planchan ropa, cuidan, cantan, leen, comparten momentos sin pensar en el fin. Sólo unos pocos trabajadores reciben paga. Hay asistencia las 24 horas del día, los siete de la semana.

En este mes dedicado especialmente a la misión quiero traer la experiencia de ser misión y a la vez ser misionado. Al hablar de llevar la palabra de Dios, generalmente volamos con nuestra imaginación hacia lejanos continentes, hablando de Jesús a quien nos salga al encuentro, más allá de cualquier cultura y lengua. Sin embargo, como toda tarea titánica, se empieza con pequeños pasos, con la persona de al lado, el prójimo. Ese que saludamos solo por costumbre en las calles de nuestra ciudad o pueblo, en esos barrios que se encuentran a poco mas de 10 cuadras o quizás a 10 minutos del centro.

La misión de llevar la Buena Noticia del Evangelio es presentarle a Cristo a alguien, a su vez, conocer a Cristo es conocer a una persona radical, tan radical que al ser parte de nuestra vida marca un antes y un después. Cada patroncito y cada voluntario me enseño el Evangelio, de mil formas que nada tienen que ver con saber de memoria versículos bíblicos, sino con la mirada, los gestos, los abrazos, la entrega, y mil cosas más. Confirma y completa ese famoso “cliche” que siempre aparece en todas las denominaciones religiosas que tienen de protagonista a Dios: “Dios/Jesús te ama.”

En la casita, la experiencia del amor de Jesús conquista providentemente todas las necesidades de aquellos patroncitos que llegan cargando simbólicamente una cruz que pesa más que su propio cuerpo debido a sus realidades afectivas, familiares y hasta socioeconómicas. Es necesario destacar que esta casita recibe de corazón a personas que muchas veces ni siquiera son creyentes, desde los patroncitos hasta voluntarios. Todos allí saben acerca de nuestra fe, que la casita sigue los pasos de Santa Teresa de Calcuta y de San Alberto Hurtado. Esto es destacable porque a ningún miembro de la casita se le ocurre cambiar la creencia del patroncito y muchos menos obligarle a aprender una oración de memoria… sino que muchas veces son los mismos patroncitos con sus familias que reconocen y siente el amor de Cristo a través del equipo médico y los voluntarios. Eso mismo es lo que representa misionar y ser misionado: compartir la experiencia de Cristo que te ama con todo lo que eres.


Este Cristo que nos ama de forma radical, a tal punto de marcar nuestras vidas con amor, tiene su lugar en la misma sociedad en la que vivimos. La casita también es un lugar para aquellas personas y familias que necesitan despedirse en paz de sus seres queridos, hacer el necesario cierre de su autobiografía, especialmente cuando los cuidados médicos ya nada pueden hacer ante la fragilidad del cuerpo o cuando las condiciones técnicas y económicas son imposibles para una persona o familia, ya sea en su hogar o en la clínica u hospital.

Para terminar, es imposible terminar este articulo sin dejar de agradecer a todos los miembros de la Casita de la Bondad en Salta, por la gran tarea de evangelizar a través de gestos concretos y silenciosos de amor. Ellos están grabados en mi corazón, rezo diariamente por todos, especialmente por aquellos patroncitos que no llegan a conocer ese pedacito de cielo en la tierra. Ellos también me enseñaron que ser misionado como misionero es una responsabilidad, que empieza con uno mismo dando al menos 3 horas por semana, en un lugar concreto, en conjunto con otros dispuestos a brindar su propio granito de arena.

Testimonio de Víctor Ramírez

[1] Movimiento de fomento de los cuidados paliativos, iniciado por Cicely Saunders, en Inglaterra, que propugna la atención de los enfermos terminales en establecimientos especializados (Hospice) donde residen y son atendidos, de forma adecuada, durante el último periodo de su vida.

[2] Rae, R. A. E.-. (s. f.). Cuidados paliativos. Diccionario panhispánico del español jurídico - Real Academia Española. https://dpej.rae.es/lema/cuidados-paliativos



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jueves, 5 de octubre de 2023

"Nos llama para estar con Él y enviarnos" - Hna Graciela Correa Brito OP

 

 

Acabamos de finalizar el mes de la Palabra y comenzamos el mes de las misiones, por eso quiero invitarlos a poner la mirada en Aquel que hemos conocido, que nuestros ojos contemplaron y nuestras manos palparon (1Jn 1,1-3).

El Documento de Aparecida propone directa o indirectamente una espiritualidad de compromiso en el seguimiento de Jesús y fuente de acción misionera. Un compromiso que nace de reconocerse llamado, elegido y enviado.

Jesús quiso llamar a algunos para estar con él y enviarlos a predicar. Los que hemos tenido la experiencia de un encuentro personal con Jesús en su Palabra podemos reconocer que como Pedro el Señor nos hizo sentir nuestra debilidad y al mismo tiempo su amor que no reprocha nuestras negaciones, sino que nos levanta, nos tiende la mano y nos ayuda a creer; que al igual que como miró la ofrenda de la viuda pobre que deposita dos monedas, Jesús nos mira con bondad y recibe ese todo que le damos, aunque a veces parezca poco.  Él conoce a los que elige y llama y esa es la certeza que nos sostiene, el saber que nos conoce y ama en nuestra debilidad y que su Gracia actúa en ella.

Los discípulos tuvieron que vivir el proceso de aprender del Maestro y para esto era necesario estar con Él, escucharlo, despojarse, confiar y abandonarse. Un proceso en el que muchos de nosotros estamos. Y es en ese momento en donde su Palabra es luz para nuestros pasos, alimento para el camino, fuerza para seguirlo.

 El Papa Benedicto XVI nos recuerda que: “el discípulo fundamentado en la Roca de la Palabra de Dios, se siente impulsado a llevar la Buena Noticia de la Salvación a sus hermanos”. No podemos callar lo que en el silencio nos habló Cristo al corazón y nos preguntamos: ¿cómo anunciarlo en medio de la realidad que nos toca vivir, en los ambientes en que nos movemos, entre los amigos, en el trabajo, en la universidad? Un gran santo, amigo de los jóvenes, Alberto Hurtado, pedía ser un fuego que encienda otros fuegos y este es el desafío hoy en la falta de sentido, en el rechazo a la cruz, en las dudas, en la enfermedad, en las crisis de fe, lo importante es no dejar que el fuego se apague y para esto contamos con el auxilio del Espíritu Santo “que viene en ayuda de nuestra debilidad” (Rom 8,26) como dice San Pablo.

 Ser discípulos-misioneros de Jesús es un regalo. La vocación de muchos jóvenes se suscitó en misiones encontrando el rostro de Jesús en las familias, yendo de camino, en el mate compartido, en la oración en común, en lo rosarios desgranados por los diferentes senderos, en el enfermo, en los ancianos…Jesús los miró con amor y les dijo: “Vengan a mi viña” y poniéndose en camino lo siguieron. Así surgió mi vocación y tal vez la tuya, experiencia fuerte de ser llamados a dar la vida para gastarla en el servicio de Jesús y los hermanos, Palabra escuchada en la intimidad que no se puede guardar: “Sígueme”.

En el mes de las misiones recemos por los misioneros, por los que anuncian con su vida la venida del Reino del Señor.

    Redacción: Hna Graciela Correa Brito OP

       


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jueves, 17 de febrero de 2022

5 misioneras en el sur de Argentina





La misión de la Iglesia es anunciar la Buena Nueva a toda la creación, misión que Jesús les encomendó a sus discípulos (Cf. Mc 16, 15). El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que el bautizado participa del sacerdocio de Cristo en su misión profética y real, como así también de la actividad apostólica y misionera del pueblo de Dios (Cf. 1268 y 1270)

Hoy compartimos con todos ustedes el testimonio de cinco jóvenes que se animaron a vivir una experiencia misionera en el sur de Argentina, más precisamente en la localidad de Andacollo y sus alrededores (en la provincia de Neuquén).

Ellas no se conocían, cada un emprendió esta aventura misionera desde distintos puntos de origen pero llegaron al mismo destino y con el mismo deseo, Dios sembró en sus corazones el deseo de misionar, el deseo de entregar sus tiempos, su dinero, sus talentos y de entregarse al servicio de los demás en una comunidad en particular, la parroquia de Nuestra Señora de Andacollo ubicada en el norte neuquino.

Te proponemos escuchar estos testimonios abriendo el corazón a lo que Dios te quiera regalar a través de ellas.



Sol María Landaeta Sandoval, 20 años, Zapala – Neuquén


María Emilia Carli (Emi), 24 años, Palermo – Buenos Aires


Miranda Vecchio (Miri), 21 años, Buenos Aires


Micaela Romero (Michu), 28 años, Buenos Aires


Julieta Wheeler (Juli), 25 años, Buenos Aires

 



Para terminar te invitamos a vivir un momento de oración con esta canción:


¿Te gustaron estos testimonios? ¿Qué fue lo que más te llamó la atención?

¿Vos te animas a misionar anunciando la Buena Nueva?

¿Ya tuviste alguna experiencia misionera?

En los comentarios podes compartir tu experiencia misionera o dejar un saludo para estas jóvenes misioneras




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