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sábado, 19 de diciembre de 2020

BOLETÍN MONS. ORZALI, Siervo de Dios: N° 16 "Casa del Padre"



En 1928, Mons. Orzali tuvo el primer embate de su salud. Una vez repuesto, prosiguió con su labor pastoral. Orar y trabajar era su lema, y Él lo tomaba en serio. La vacaciones de verano de 1936 son más prolongadas que de costumbre. Durante 1937, debe pasar varios intervalos de días en cama.

Desde abril de 1938 en adelante estuvo casi siempre en cama. Allí, se preparaba para partir a la casa del Padre. Su lecho de enfermo, cuenta Entraigas, se transformó en una cátedra. Principales beneficiarias de sus pláticas eran sus hijas rosarinas, quienes lo cuidaban. Con todas las personas que lo visitaban hablaba de temas espirituales.

Un día, una de las religiosas que lo asistía le preguntó si Él llegaría a ser santo. Orzali respondió: “Santo del Cielo, sí; santo de altares, no. La religiosa, sorprendida, preguntó la razón, Él respondió sonriendo: “Y… Ustedes son pobres y no tienen el dinero que se requiere para costear una canonización”.

El primero de enero de 1939 viaja a Mar del Plata. El 11 debe regresar a Buenos Aires, exhausto. El 14 de abril llega a San Juan. Al sábado siguiente se realizó un desfile en su honor, Mons. Salió al balcón para ver desfilar a los niños del jardín de infantes del Colegio Don Bosco. Institución salesiana por la que el luchó con todas sus energías para que se instalasen en la provincia. Amaba a Don Bosco, amaba su obra, y no descansó hasta verla trabajar en su Diócesis. Bendijo a los chiquillos salesianos. Esta fue su última bendición. A las 18, repentinamente, se le nubló la vista y entro en la vorágine de la muerte.

El martes 18 de abril de 1939, a las 8 de la mañana, entraba en agonía. A las 10, dio su último suspiro, y partió su espíritu a la Casa del Padre. El Buen Pastor de Cuyo dejaba este mundo con la inquebrantable confianza de haber orado y trabajado, de haber dado todo por Dios y por el prójimo.

Fueron 73 años de vida consagrados a Dios, 54 de sacerdocio y 27 de episcopado; “una trayectoria fecunda para bien de la Iglesia en la Argentina” (Castro, 1998). 

Ana Castro, en su biografía de Mons. Orzali, deja establecido el legado que el Buen Pastor de Cuyo nos ha dejado: una fe firme, una esperanza viva, una caridad ardiente, la invitación a rezar mucho y fervorosamente, el amor a la Virgen Madre, la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza, la humildad, la pobreza, la castidad, y el ansia de trabajar sin descanso.

Siervo de Dios, Monseñor José Américo Orzali, Buen Pastor de Cuyo, ruega por nosotros.



Bibliografía:

CALATAYUD, Ángel (1960). Rosas. Ediciones Rosarinas. Buenos Aires, Argentina.
CASTRO, Ana E. (1998) José Américo Orzali. Fundador, Obispo y misionero. Arzobispado de San Juan de Cuyo. San Juan, Argentina.
DE JESÚS, María Araceli. (2012). Padre y Pastor: Vida y obra de Mons. Américo Orzali. Ágape Libros. Buenos Aires, Argentina.
ENTRAIGAS, Raúl A. (1949) El Buen Pastor de Cuyo. 2da edición. Editorial Difusión. Buenos Aires, Argentina. 

Con esta publicación, concluimos nuestro recorrido por la vida del Buen Pastor de Cuyo. Quiero agradecerte el tiempo que te has tomado para leer y conocer a este pastor de la Iglesia Argentina. Agradezco a Vivamos Juntos la Fe por brindarme este espacio. Pido disculpas por los errores de redacción que haya cometido. Agradezco esta posibilidad que se me ha brindado de dar a conocer la vida de este hombre de Dios que, personalmente, me inspira y acompaña en mi camino de fe.

Que por intercesión de Mons. Orzali, el Padre atienda nuestras súplicas, nos bendiga y su amor permanezca con nosotros, al igual que la gracia de Jesucristo nuestro Señor y la comunión del Espíritu Santo. Amén

Martín Sillero (Seminarista de la Arquidiocesis de San Juan de Cuyo)




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miércoles, 18 de noviembre de 2020

BOLETÍN MONS. ORZALI, Siervo de Dios: N° 15 "Arzobispo"



El año 1934 señala un hito en la historia de la Iglesia en Argentina. Buenos Aires es la sede del XXXII Congreso Eucarístico Internacional. El 20 de abril, por medio de la bula Nobilis Argentinae Nationis, el Papa Pio XI crea diez nuevas diócesis en el país, entre ellas Mendoza y San Luis; y dispone la creación de nuevas provincias eclesiásticas: la de Buenos Aires, la de Córdoba, La Plata, Paraná, Salta, Santa Fe y San Juan de Cuyo, la cual tiene como sufragáneas a las diócesis de Mendoza y San Luis. Los Obispos de Córdoba, La Plata, Santa Fe y San Juan son promovidos a Arzobispos.

El 30 de Julio, el nuncio Apostólico, Mons. Cortesi, expide el decreto de ejecución de la Bula, con lo que queda establecida la nueva división eclesiástica. Mons. José Américo Orzali, sexto Obispo de San Juan de Cuyo, se convierte en el primer Arzobispo de esta nueva provincia eclesiástica.

Ese año, 1934, no sólo congrega a los fieles sanjuaninos para agradecer la elevación a Arquidiócesis, sino que además se festejaba el centenario de la Diócesis. En efecto, el 19 de septiembre de 1834, el Papa Gregorio XVI creó el obispado de Cuyo, siendo su primer prelado Fray Justo Santa María de Oro.

El 19 de noviembre, Orzali, se despide de San Luis; y el 24 de marzo de 1935, de Mendoza. El 24 de junio de aquel año, en la fiesta del patrono de la diócesis, Mons. Orzali recibe, de manos del flamante Obispo de Mendoza, el Palio Arzobispal y realiza el juramento de fidelidad.

 


Bibliografía:

CALATAYUD, Ángel (1960). Rosas. Ediciones Rosarinas. Buenos Aires, Argentina.
CASTRO, Ana E. (1998) José Américo Orzali. Fundador, Obispo y misionero. Arzobispado de San Juan de Cuyo. San Juan, Argentina.
DE JESÚS, María Araceli. (2012). Padre y Pastor: Vida y obra de Mons. Américo Orzali. Ágape Libros. Buenos Aires, Argentina.
ENTRAIGAS, Raúl A. (1949) El Buen Pastor de Cuyo. 2da edición. Editorial Difusión. Buenos Aires, Argentina. 

Martín Sillero (Seminarista de la Arquidiocesis de San Juan de Cuyo)




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domingo, 18 de octubre de 2020

BOLETÍN MONS. ORZALI, Siervo de Dios: N° 14 "Acción Católica"

El 22 de enero de 1922 fallecía en Roma el Papa Benedicto XV. 15 días más tarde, Pio XI era el nuevo Papa de la iglesia de Roma. Fue él quien, “no sin divina inspiración”, instituyó la Acción Católica.

Mons. Orzali había acompañado a la Unión Popular Católica Argentina, en ella, los católicos, habían entendido que se podía hacer obra social, y la hicieron. La Acción Católica llegó providencialmente, en el momento oportuno.

En 1924, Orzali visitó a Pio XI y se empapó de su espíritu. A su regreso, fue uno de los primeros en trabajar en la formación de la nueva institución en nuestro país. El 1° de mayo de 1927 escribe una pastoral sobre el espíritu que debe animar las obras de Acción Católica.

El 1° de diciembre de 1928, al terminar las conferencias episcopales, los obispos argentinos firmaron una pastoral colectiva en la que expresan el deseo de que la Acción Católica se forme en Argentina.

El Obispo de Cuyo designó al Pbro. Silvino Martínez para que viajara a Roma a especializarse en Acción Católica. En febrero de 1931, el Papa envía una carta a los obispos argentinos sobre la nueva entidad y el 5 de abril de ese año aparece la pastoral colectiva con que se funda definitivamente la Acción Católica Argentina.

Al regresar el Pbro. Martínez, Orzali lo nombró asesor diocesano de la Acción Católica y puso manos a la obra en su diócesis.

Del 18 al 24 de Junio de 1931 se realizó en San Juan la Semana de Acción Católica para seglares. Luego siguieron estas iniciativas en Mendoza y San Luis. Así iniciaba la marcha en la diócesis la nueva institución.

Mons. Orzali gozaba y agradecía. Él había sido un gran animador de todos los movimientos sociales, desde los Círculo de Obreros hasta la Acción Católica. «¡Era el labriego que después de las rudas jornadas de invierno, contempla complacido los silos henchidos del buen grano!» (Entraigas, 1949).




Bibliografía:

CALATAYUD, Ángel (1960). Rosas. Ediciones Rosarinas. Buenos Aires, Argentina.
CASTRO, Ana E. (1998) José Américo Orzali. Fundador, Obispo y misionero. Arzobispado de San Juan de Cuyo. San Juan, Argentina.
DE JESÚS, María Araceli. (2012). Padre y Pastor: Vida y obra de Mons. Américo Orzali. Ágape Libros. Buenos Aires, Argentina.
ENTRAIGAS, Raúl A. (1949) El Buen Pastor de Cuyo. 2da edición. Editorial Difusión. Buenos Aires, Argentina. 

Martín Sillero (Seminarista de la Arquidiocesis de San Juan de Cuyo)




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sábado, 18 de julio de 2020

BOLETÍN MONS. ORZALI, Siervo de Dios: N° 13 "Sinodalidad"



El 10 de abril de 1915, Mons. Orzali anunció la realización del Primer Sínodo Diocesano en San Juan. En aquella oportunidad se fijaron los temas y se designaron las comisiones de estudio. Hubieron quienes tuvieron una actitud pusilánime y escéptica ante este anuncio: “¡Pero realizar un sínodo es una cosa muy seria!” “Si otros que tienen más medios no lo celebran, ¿por qué nos vamos a meter nosotros en camisa de once varas?”, son algunas expresiones que se escucharon y que Entraigas recoge en su biografía del Obispo de Cuyo. Éste no prestaba oídos a estas locuciones y sin demora puso todas las manos a trabajar.

El 30 de agosto de 1916, con Mons. Orzali a la cabeza, los miembros del cabildo, vicarios foráneos, curas párrocos y superiores de congregaciones religiosas, se congregan en la Catedral para celebrar la Misa del Espíritu Santo, iniciándose luego las reflexiones. 

El 1 de septiembre, Monseñor oficiaba el Te Deum, dando gracias a Dios por el sínodo y, de esta forma, concluía solemne y públicamente el sínodo. Aquellos que en un principio se mostraron pesimista ante esta empresa, se mudaron en animosos participantes y se unieron al valor de quienes desde el principio creyeron que en Cuyo era posible realizar un sínodo.

El 1 de enero de 1917, se presentó el documento final impreso en San Juan, con las resoluciones del Sínodo; un volumen de más de cuatrocientas páginas. Según el Derecho Canónico vigente en aquella época, el Sínodo Diocesano debe celebrarse cada 10 años. Antes de cumplirse la década, entre el 15 y el 18 de junio de 1926, Mons. Orzali presidía el Segundo Sínodo Diocesano. El 25 de diciembre, dicta el decreto que establece la obligatoriedad de todas las disposiciones y preceptos del sínodo desde el 19 de marzo de 1927.Era intención del prelado que se celebrase un tercer sínodo. Sin embargo, no pudo hacerlo.

Bibliografía:

CALATAYUD, Ángel (1960). Rosas. Ediciones Rosarinas. Buenos Aires, Argentina.
CASTRO, Ana E. (1998) José Américo Orzali. Fundador, Obispo y misionero. Arzobispado de San Juan de Cuyo. San Juan, Argentina.
DE JESÚS, María Araceli. (2012). Padre y Pastor: Vida y obra de Mons. Américo Orzali. Ágape Libros. Buenos Aires, Argentina.
ENTRAIGAS, Raúl A. (1949) El Buen Pastor de Cuyo. 2da edición. Editorial Difusión. Buenos Aires, Argentina. 

Martín Sillero (Seminarista de la Arquidiocesis de San Juan de Cuyo)




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viernes, 22 de mayo de 2020

BOLETÍN MONS. ORZALI, Siervo de Dios. N° 12 "Buen Pastor"




“Yo soy el pastor, el Bueno” (Jn 10, 13), dijo Jesús; y es un desafío y camino de toda la vida, especialmente para los sacerdotes, configurarse con ese Buen Pastor que nos conduce a aguas tranquilas y nos hace descansar en verdes praderas (Sal 22).

La vida de Mons. Orzali fue un esfuerzo constante por configurarse con Jesús. En sus propósitos de consagración episcopal escribía: “en mis sermones seré siempre bondadoso”, “en el confesionario seré siempre muy bondadoso, caritativo y paciente”, “seré sumamente afable, cortés y jovial con todos, especialmente con los pobres y con los que en cualquier forma me hubieren agraviado”, “nunca reprenderé en público, ni de mal modo, ni en forma hiriente a mis súbditos”. Lo más maravilloso de la vida de este Obispo es haber practicado cada uno de éstos propósitos.

Un hermano, en el episcopado, de Orzali, Mons. Fernández, dijo por aquella época: “Tiene quizás un defecto: es demasiado bueno… ¡el defecto de las almas grandes!” Y así también lo recordaban algunos de sus clérigos. Orzali fue bueno, por eso fue amado.
Con sus sacerdotes no fue el superior, nos cuenta Entraigas, sino el padre. La “niña de sus ojos” eran sus sacerdotes. Cuando Mons. De Andrea estuvo en San Juan, felicito al Obispo Orzali por la unión que notó entre él y los sacerdotes.

Quería que entre los seculares reinara una perfecta armonía. Él mismo fomentaba la unidad. Amó a todos los religiosos por igual. Orzali nunca negaba una recomendación. Son centenares de personas quienes obtuvieron un empleo de la mano del Obispo de Cuyo. Era bueno con todos por igual. Supo bajar hasta las personas más humildes en alas de su caridad.

“Yo soy devoto de santa condescendencia”, solía decir Monseñor, sobre todo cuando lo criticaban porque aceptaba ciertas invitaciones sin importancia. Quería ver siempre y a todos alegres. Son edificantes los testimonios que Entraigas, Castro y Araceli de Jesús cuentan, en sus biografías sobre el Obispo, del cariño y las muestras de afecto de ésta para con todas las personas. 

Sólo el Padre es bueno, dijo Jesús; y Mons. Orzali reflejo en su vida parte de esa infinita bondad.


Bibliografía:

CALATAYUD, Ángel (1960). Rosas. Ediciones Rosarinas. Buenos Aires, Argentina.
CASTRO, Ana E. (1998) José Américo Orzali. Fundador, Obispo y misionero. Arzobispado de San Juan de Cuyo. San Juan, Argentina.
DE JESÚS, María Araceli. (2012). Padre y Pastor: Vida y obra de Mons. Américo Orzali. Ágape Libros. Buenos Aires, Argentina.
ENTRAIGAS, Raúl A. (1949) El Buen Pastor de Cuyo. 2da edición. Editorial Difusión. Buenos Aires, Argentina. 

Martín Sillero (Seminarista de la Arquidiocesis de San Juan de Cuyo)




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sábado, 18 de abril de 2020

BOLETÍN MONS. ORZALI, Siervo de Dios. N° 11 "Obispo Misionero"



“El Quijote del Evangelio”, así denomina Entraigas al que otros llamaban el Obispo Bueno u Obispo Misionero. Es que el Siervo de Dios dijo en su primera carta pastoral: “venimos a trabajar, a trabajar mucho; hace tiempo que nos repugna oír la palabra cansancio en el apostolado; creemos que es impropia del sacerdote; y sobre todo, indigna de un Obispo”. Y así lo hizo.

El 6 de abril de 1913, el recién llegado Obispo de Cuyo inicia su primera visita pastoral a su Diócesis. En esta oportunidad visita parroquias de San Juan, San Luis y Mendoza, y durará 3 años. Cinco visitas pastorales realizó Mons. Orzali a las provincias cuyanas, a lo largo de su episcopado. Sólo una vez pudo visitar la provincia de Neuquén, que también era parte de su diócesis.

En todas sus visitas pastorales, El Siervo de Dios organizaba misiones, llevaba sacerdotes misioneros para que le acompañaran y ayudaran; sin embargo, era Él quien predicaba, quien confesaba, quien visitaba enfermos, quien confirmaba, quien bendecía matrimonios, quien impartía conferencias para hombres, mujeres y niños, quien preparaba a las personas para su primera comunión, quien salía en búsqueda de cada una de sus ovejas. Era a Él a quien se lo encontraba a partir de las 5 de la mañana en el templo. Era a Él a quien se le podía encontrar, incluso, limpiando los bancos del templo, barriendo sus pisos.
Todos los habitantes de Cuyo de 1912 hasta 1939, pudieron decir que conocieron en persona al Obispo Orzali. Sin dejar ni un solo rincón de la diócesis sin visitar, su celo misionero hará exclamar al entonces gobernador de San Juan que el Obispo visitó lugares que ninguna persona civilizada había visitado antes. Sumado a sus visitas pastorales, Mons. Orzali no dejó nunca de visitar a sus hijas del buen Pastor, el reformatorio de mujeres, a los enfermos del hospital Rawson, ni a sus religiosas rosarinas, a quienes les había dado por lema su propio programa de vida: “todo por Dios y por el prójimo”.


“No he venido a ser servido sino a servir… he de recorrer sus calles y sus plazas; he de acudir a sus moradas asilos y hospitales, y a todos los centros necesitados de auxilios espirituales y materiales”, dijo el Siervo de Dios el 13 de abril de 1912 al llegar a la Ciudad de San Juan. Y así lo hizo.

Bibliografía:

CALATAYUD, Ángel (1960). Rosas. Ediciones Rosarinas. Buenos Aires, Argentina.
CASTRO, Ana E. (1998) José Américo Orzali. Fundador, Obispo y misionero. Arzobispado de San Juan de Cuyo. San Juan, Argentina.
DE JESÚS, María Araceli. (2012). Padre y Pastor: Vida y obra de Mons. Américo Orzali. Ágape Libros. Buenos Aires, Argentina.
ENTRAIGAS, Raúl A. (1949) El Buen Pastor de Cuyo. 2da edición. Editorial Difusión. Buenos Aires, Argentina. 

Martín Sillero (Seminarista de la Arquidiocesis de San Juan de Cuyo)




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miércoles, 18 de marzo de 2020

BOLETÍN MONS. ORZALI, Siervo de Dios. N° 10 "Venimos a trabajar"






A las 21hs del 13 de abril de 1912, mons. Orzali llegaba a Cañada Honda, arribaba ya a su diócesis. Al día siguiente rezó su primera misa en aquellas tierras que Dios le confiaba.

Ya en la capital sanjuanina, después de todos los protocolos previstos, el nuevo obispo de cuyo se dirigió a sus fieles con estas palabras:
«Mis amadísimos fieles ¿qué os diré?¡qué es lo que debo deciros después de la grandiosa manifestación con que os habéis dignado recibirme? No encuentro más que una palabra con qué expresar los sentimientos que me embargan en estos instantes; gracias, muchas gracias.»
«No vengo a ser servido, sino a servir. A ser todo para todos sin excepción de ninguna clase. Los ricos y los pobres, los sabios y los ignorantes, me tienen ya a sus órdenes, de día y de noche, a cualquier hora. Vengo a servir y a amar a todos, les repito, sin distinción.»

«No he de encastillarme en la Iglesia: he de salir de la sacristía, he de recorrer vuestras calles y plazas, acudir a vuestras moradas, asilos y hospitales, y a todos los centros necesitados de auxilios espirituales y materiales.»

Finalizados los homenajes en honor del nuevo pastor de cuyo, Orzali escribió su primera pastoral en la que establecía su programa de trabajo: «todo por Dios y por el prójimo.»
«Dejaremos la oración para entregarnos al trabajo. Abandonaremos el Sagrario para pasar al púlpito, al confesionario, a la cabecera del enfermo, a la choza del pobre, al periódico, a la escuela, al aula, a la cárcel, al hospital, a la morada del pecador, a la casa del justo, a la Iglesia, al taller, a la calle...»
«Venimos a trabajar. Queremos trabajar. ¿En qué? En todo lo que en general redunde en bien de las almas de nuestros amadísimos diocesanos...»
Venimos a trabajar, dijo el nuevo Obispo, y así lo hizo.



Bibliografía:

CALATAYUD, Ángel (1960). Rosas. Ediciones Rosarinas. Buenos Aires, Argentina.
CASTRO, Ana E. (1998) José Américo Orzali. Fundador, Obispo y misionero. Arzobispado de San Juan de Cuyo. San Juan, Argentina.
DE JESÚS, María Araceli. (2012). Padre y Pastor: Vida y obra de Mons. Américo Orzali. Ágape Libros. Buenos Aires, Argentina.
ENTRAIGAS, Raúl A. (1949) El Buen Pastor de Cuyo. 2da edición. Editorial Difusión. Buenos Aires, Argentina. 


Querido lector: quiero agradecerte por tu compañía y oración. Hoy cumplimos un año desde que iniciamos este Boletín en honor al Buen Pastor de Cuyo, conociendo su vida, encontramos un modelo de pastor con olor a oveja, como pide el Papa Francisco. Estamos llegando ya al final de esta historia de amor a Dios y a su Pueblo. Quiero agradecer a Vivamos Juntos la Fe, en la persona de Diego,  por el espacio brindado. Que el Padre, bondadoso y misericordioso, te conceda lo que necesites, y que el Siervo de Dios Orzali ruegue por tus intenciones. En Cristo y María, Dios te bendiga.


Martín Sillero (Seminarista de la Arquidiocesis de San Juan de Cuyo)




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jueves, 26 de diciembre de 2019

BOLETÍN MONS. ORZALI, Siervo de Dios. N° 9 "Por Providencia, Cuyo"



Por temperamento y por virtud, el padre Orzali ladeaba las dignidades. Sin embargo, su obra social, su prestigio como sacerdote virtuosísimo, su oratoria sencilla y convincente, su gigantesca caridad, su trato llano y cordial, lo rodeaban de una inmensa popularidad.

En 1907, su nombre sonó fuerte para ocupar la sede vacante del obispado de Catamarca, sin embargo, Dios lo conservó párroco. Sin presatar atención a las disputas y elogios que se hacía a su persona en los medios periodísticos, el padre José américo continuaba su labor cotidiana en la parroquia.

En 1909, para ocupar el Obispado de Santiago del Estero, nuevamente el cura de San Miguel aparecía en la lista de candidatos. Como también para la elección del vicario Capitular de Paraná. «No había nacido para Catamarca, ni para Santiago, ni para Corrientes: Orzali estaba destinado por los designios misteriosos de la Providencia para ser Obispo de Cuyo» (Entraigas, 1949).

El primer Obispo de Cuyo fue el famoso patriota (padre de la república, según algunos historiadores) Fray Justo Santa María de Oro, prelado que brilló en la Iglesia argentina por sus sólidas virtudes. Le sucedieron en la sede episcopal: Mons. José Quiroga y Sarmiento, Mons. Nicolás Aldazor, Mons. Wenceslao Achával y Mons. Marcelino Benavente.

Éste último; ilustre prelado, uno de los oradores más elocuentes de nuestra patria y autor de la iniciativa del monumento del Cristo Redentor en los Andes; falleció el 28 de septiembre de 1910, en Buenos Aires. La elección del sexto obispo de Cuyo, tomó importancia nacional. En San Juan, el diario Cuyo, postulaba a Orzali; el Porvenir, defendía a Mon. Pablo Cabrera. La Opinión de Salta daba por descontada la elección de Cabrera. El día anterior a la votación en el Senado, el diario La Razón aseguraba que cuatro de los seis senadores cuyanos apoyaban la designación del Cura de San Miguel. Orzalí fue elegido como primer candidato, con diecisiete votos a favor.


El 30 de Julio de 1911, aparecieron imágenes de Orzali con una Cruz Pectoral pintada. El Cura de San Miguel salió rápido a a manifestar que a él no se le había informado ninguna designación. Sin embargo, Mons. Marcos Zapata, Vicario Capitular de Cuyo, le envió la felicitación por su designación. Lo mismo hicieron Mons. Pons y Videla Cuello, Vicarios Foráneos de San Luis y Mendoza, respectivamente. Todos los diarios elogiaron al Cura y comenzaron a narrar su obra.

El 02 de agosto, el Presidente Roque Sáenz Peña, firmó el decreto por el cual presentaba, a la Santa Sede, a Mons. Orzali para Obispo de Cuyo. El 20 de enero de 1912, el Papa firmaba las Bulas, que llegaría a Buenos Aires el 16 de febrero. El 25 de ese mes entraba en Ejercicios. Escribió en su diario: “No olvidaré en ningún instante el compromiso que he contraído con Dios y los hombres al escoger como lema de mi escudo: Ora et Labora [reza y trabaja]. Debo rezar siempre mucho y con fervor. Debo trabajar sin descanso, con constancia sin desfallecimientos”. 

El 10 de marzo de 1912, fue consagrado en la Iglesia Catedral de Buenos Aires, por Mons. Espinosa. Éste dijo a la comisión sanjuanina: “Lleváis, sin duda un gran Obispo para Cuyo; pero recordad que me arrancáis el brazo derecho…” El 12 de abril, a las 15, Mons. José Américo Orzali, salía de Retiro Este rumbo a San Juan. De las cercanías del Mar Argentino, a los pies de los imponentes Andes.


Bibliografía:

CALATAYUD, Ángel (1960). Rosas. Ediciones Rosarinas. Buenos Aires, Argentina.
CASTRO, Ana E. (1998) José Américo Orzali. Fundador, Obispo y misionero. Arzobispado de San Juan de Cuyo. San Juan, Argentina.
DE JESÚS, María Araceli. (2012). Padre y Pastor: Vida y obra de Mons. Américo Orzali. Ágape Libros. Buenos Aires, Argentina.
ENTRAIGAS, Raúl A. (1949) El Buen Pastor de Cuyo. 2da edición. Editorial Difusión. Buenos Aires, Argentina.

Quiero agradecerles por este año que hemos compartido, conociendo la vida y Obra de Mons. Orzali, el Buen Pastor de Cuyo. Les deseo una muy feliz, bendecida y santa Navidad, que Jesús nazca y llene de su gracia sus corazones y sus vidas. Un agradecido fin de año y un bendecido y próspero 2020. Que Mons. Orzali interceda por sus intenciones.

Martín Sillero (Seminarista de la Arquidiocesis de San Juan de Cuyo)









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lunes, 18 de noviembre de 2019

BOLETÍN MONS. ORZALI, Siervo de Dios. N° 8 "Cura de San Miguel"



En junio de 1906 Monseñor Espinosa convoca al padre Orzali al palacio Arzobispal, allí le dice:
-         Acaba de fallecer el padre Delheye y he pensado en ponerte a ti en San Miguel. Eres el hombre para eso. Además sé que andas bastante endeudado por tus muchas obras parroquiales y en Santa Lucía muy difícilmente saldrás a flote. En San Miguel, en cambio, parroquia de más recursos, podrás allegar el dinero que necesitas para liquidar tus obligaciones.
-         Monseñor -contestó Orzali-, Su Eminencia disponga de mi pobre persona en la forma que crea más conveniente para el bien de la Arquidiócesis.
-         Bueno, ni una palabra más -dijo Espinosa-. Prepárate para dejar Barracas.
Al llegar a Santa Lucía, los padres tenientes que lo acompañaban en su pastoral parroquial, al notarlo abstraído de a ratos le preguntaron:
-         ¿Qué pasa, padre Orzali, qué pasa?
-         Ha muerto el padre Delheye - dijo casi musitando.
-         ¿Ah, y usted ha sido nombrado cura en su lugar? -le preguntaron los tenientes. El padre Orzali no contestó; pero creyó responder sonriendo amargamente, con el pesar de dejar el trabajo realizado en los 16 años como cura de Santa Lucía.

El 1 de julio de aquel año, el padre Orzali se despidió oficialmente de Santa Lucía. Bromeando decía a sus amigos: “Ahora soy cura de la aristocracia. No voy a ir de a pie, como acostumbro a andar en Barracas, Deberé tomar un coche. Ahora somos ricos…” (y reían donosamente).

El 7 de Julio entró silenciosamente en su nueva parroquia. Al día siguiente, ante un gran gentío, prestó el juramento de práctica a Mons. Espinosa. Al salir del templo, una muchedumbre lo esperaba. Relata Entraigas, en “El Buen Pastor de Cuyo”, que «creía Orzali que en el centro nadie lo conocía; pero no sólo lo conocían, sino que lo apreciaban de veras. De modo que salió de los brazos de Barracas para caer en los de los fieles de la calle Cuyo». Y, continúa el biógrafo, rezo:
-         Me has traído, Señor, de la tierra al asfalto. Te ruego, buen Dios, que éste tu siervo sea siempre el mismo, en los lodazales del riachuelo que sobre las alfombras del centro…

Los años de labor en San Miguel lo muestran en gran cantidad de actividades. Él no sabe decir que no, por eso es infatigable en el esfuerzo. El 10 de septiembre de 1909, Pio X le extiende el título de Prelado Doméstico, y empieza a vestir el hábito violáceo. El 25 de noviembre de 1910, celebra sus bodas de plata sacerdotales.

Autor: Martín Sillero (Seminarista de la Arquidiocesis de San Juan de Cuyo)

Biografía:

CALATAYUD, Ángel (1960). Rosas. Ediciones Rosarinas. Buenos Aires, Argentina.
CASTRO, Ana E. (1998) José Américo Orzali. Fundador, Obispo y misionero. Arzobispado de San Juan de Cuyo. San Juan, Argentina.
DE JESÚS, María Araceli. (2012). Padre y Pastor: Vida y obra de Mons. Américo Orzali. Ágape Libros. Buenos Aires, Argentina.

ENTRAIGAS, Raúl A. (1949) El Buen Pastor de Cuyo. 2da edición. Editorial Difusión. Buenos Aires, Argentina.





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