El 31 de marzo del año 2014, el papa Francisco se reunió con un grupo de jóvenes belgas y uno de ellos le preguntó: “¿Usted es feliz? ¿Y por qué?”:
Francisco contesto:
¡Absolutamente! Absolutamente [ríe] ¡soy feliz!… Y es también una felicidad tranquila, porque a esta edad no es la misma felicidad de un joven, hay una diferencia. Una cierta paz interior, una paz grande, felicidad, que también viene con la edad. Y también con un camino que siempre ha tenido problemas. También ahora hay problemas, pero esta felicidad no se va con los problemas, no: ve los problemas, los sufre y luego va adelante, hace algo por resolverlos y va adelante. Pero en lo profundo del corazón existe esta paz y esta felicidad. Es una gracia de Dios, para mí, verdaderamente. Es una gracia. No es mérito mío”.
Y vemos que no solo lo refleja con palabras:
El Santo Padre en medio de sus responsabilidades y tareas cotidianas, a pesar de los distintos obstáculos del día a día, no deja de sonreír, no deja de ser feliz .
Que bueno seria que todos los obispos, sacerdotes, religiosos/as laicos en general nos preguntemos:
¿Soy Feliz? ¿Transmito felicidad?
El Santo Padre nos ha regalado hace poco tiempo una exhortación apostólica con el nombre "La alegría del Evangelio". Pues claro quien desea vivir el Evangelio lo debe vivir con alegría, vivir la alegría de encontrarse con Jesús.
Se dice que la mejor forma de evangelizar es con el testimonio propio. Yo diría que la mejor forma de evangelizar seria compartir nuestro testimonio cristiano con ALEGRÍA.
Entrevista completa: http://www.news.va/es/news/les-hago-yo-una-pregunta-donde-esta-tu-tesoro-el-p
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